En Jerusalén, un rezo por la paz que dice “basta” | La diversidad religiosa marchó contra la guerra en Gaza
Desde Jerusalén
En un escenario del centro de Jerusalén, ayer hubo discursos pacifistas por clérigos de distintas ramas musulmanas, judías, drusas, budistas y cristianas, llegados de todo el país. En diálogo con Página/12, entre rezos y cantos, Andy Faur –rabino laico y ateo, argentino— contextualiza tal diversidad cultural bajo un calor seco y punzante: “este no es, a priori, un acto antigobierno, es pro paz y pro convivencia. Es contra la política de Benjamin Netanyahu pero no es político o partidista; también está la agrupación judía-palestina ´Mujeres por la paz´. Son casi todas personas religiosas un poco rara avis dentro de sus comunidades. En el caso de los judíos, vienen los más progresistas, incluyendo conservadores y reformistas”.
Andy Faur resalta la presencia de a un clérigo druso entre los participantes. “Ese señor de piel bien oscura con túnica negra y sombrero cilíndrico blanco es un clérigo druso, una suerte de rama del islam muy particular, unas 200 mil personas que viven en el norte de Israel, Líbano y Siria. Profesan una religión secreta que solo conocen los clérigos. Vienen del Cáucaso y tiene en general ojos claros. Son nacionalistas; en cada país donde viven, piden integrar el ejército y van a la guerra. Pero solo los mandan al sur porque si combatiesen en el norte, se enfrentarían a sus ´primos´ drusos que integran el ejército libanés… ¡Fíjate vos qué complejo es este país! Los árabes israelíes, en cambio, no tienen que hacer el servicio militar –a menos que lo soliciten– porque podrían llegar a tener que atacar a otros musulmanes. Los drusos suelen votar a la derecha; en general el Likud tiene uno o dos diputados drusos. Pero hay drusos de izquierda”.
Página/12 intenta un dialogo con la imponente figura de gruesos bigotes del druso Sheikh Younes Amasha, pero él prefirió entregar un cuadernito impreso con el discurso que dio, más bien una plegaria.
¿Una contramarcha?
El contexto de la Marcha Interconfesional por los Derechos Humanos y la Paz es el de otra infinitamente más grande que se hará este miércoles 5 celebrando el Día de Jerusalén. Según Faur, “la marcha de hoy no es una contramarcha en sí, por que el mismo 5 de junio se hace una que oficialmente se opone a la tradicional, pero la organizan grupos judíos de izquierda; sería peligroso para las personas no judías que están acá, participar de una contramarcha el mismo día de la marcha, porque aquel es un acto muy nacionalista, fundamentalista y mesiánico, donde miles desfilan con banderas de Israel, son gente extremista y participan básicamente religiosos. Conmemoran la Guerra de los Seis días de 1967 en la que Israel le conquistó Jerusalén a Jordania: hasta ese momento, Israel se terminaba a los pies de la Ciudad Vieja amurallada. Celebran la conquista de Jerusalén –ellos dicen ´liberación´–; entonces, nosotros seríamos la contracara de esa marcha porque estamos a favor de la coexistencia y la paz. Para el Día de Jerusalén llega gente de todo el país y pasan a propósito por barrio musulmán en el casco antiguo, por una callecita angosta; es algo muy provocativo y a veces los árabes les tiran cosas, se empujan, les dicen ´váyanse de acá judíos´, y los otros responden ´muéranse árabes´. No es una celebración de Jerusalén, sino de un sector fanático del judaísmo, ultranacionalistas. Y fíjate vos que no hay ultraortodoxos en esa fiesta porque no es parte del calendario tradicional religioso. Mirá si será complejo este país”.
Palabra de rabino
Jessy Buk tiene unos 35 años y es un rabino muy ortodoxo en su práctica judaica, pero no ortodoxo en lo político. Viste traje oscuro y sombrero, sin barba ni rulitos laterales: “estoy acá porque es muy importante tener dialogo interreligioso, este año fue horrible, la mayoría de la gente que muere es inocente. Y en el nivel dirigencial de la sociedad hay que lograr perdonar, incluso a gente que no es buena gente –como Hamas–; pero si tenemos bronca todo el tiempo por lo que ha pasado, no podremos solucionar nada. Yo debo rezar por cada uno que es parte del conflicto y por el gobierno de Israel también; nadie es perfecto; con enojo permanente no hay esperanza; todos deben ser amados y debemos perdonar, y no llevar encima el sentimiento de venganza y odio todo el tiempo. Mi sobrino es trans y yo lo acepto; otros en mi familia no lo aceptan. Debo amar a la gente de izquierda y de derecha. Si desde la religión creo que solamente yo tengo la verdad, es un problema. Si dos que piensan distinto creen que tienen la verdad, uno estaría equivocado. Y si creo que el otro esta equivocado, es muy peligroso”.
Buk critica a ambas partes del actual conflicto. “En un mundo ideal, Hamas no debería estar más en el poder. No se si esto es posible; el gobierno de Israel también cometió errores, hay cierta discriminación, la ocupación de tierra; bueno, toda la tierra está ocupada, la tierra pertenece a dios, no a los hombres. Yo prefiero un solo Estado binacional porque los quiero a los palestinos, pero con lo que ha pasado, eso ya no parece posible. Después de las atrocidades de Hamas, no pueden estar en una posición de poder; debemos combatir el fanatismo religioso de cada lado. No creo que esta tierra pertenezca a los judíos, tampoco a los árabes ni a los cristianos. Estamos acá por 90 años y nos vamos, nada nos pertenece y es lo que dice La Biblia; la esperanza es mirar al futuro y no mirar al pasado, tenemos una narrativa pasada, pero tenemos que escribir otra nueva.
Mujer musulmana
Ghadir Hani es una señora musulmana de túnica negra con la cabeza cubierta, llegada desde Akko, una ciudad judía y árabe. Y explica: “me enseñaron que la coexistencia es cuando los dos lados confían en el otro y reconocen sus derechos, cuando hay un sentimiento mutuo de tolerancia, respeto y amor; a través del dialogo se crean amistades que unen a la gente. Cuando conozco alguien diferente, me fijo qué tenemos en común para conectar a través de eso. En el 2000, cuando me mudé al sur, escuché infinitos comentarios racistas y violentos alrededor mío, no había conexión entre árabes y judíos, excepto por la relación de proveedores y clientes. Para mi fue un signo de peligro y comencé a trabajar para erradicar los prejuicios en esa zona del país, organizando encuentros entre mujeres judías y musulmanas. Y descubrimos que desde el islamismo y el judaísmo, teníamos un montón en común. Hoy soy parte de la organización Mujeres por la Paz, integrada por judías y musulmanas. Vine a levantar la voz para que se termine la guerra y podamos llegar a un acuerdo político de paz. Una amiga mía murió en Gaza y tengo amigas judías muy afectadas también. Israel y los países árabes, luego de firmar la paz, deben reconstruir Gaza”.
Stewart Yellon es Ministro de la Iglesia Escocesa protestante presbiteriana y declara a Página/12 que para alcanzar la paz, esta debe incluir las necesidades de cada uno; y si no, no va a funcionar. La negociación debe incluir a todas las partes afectadas y debe haber un sentido de compromiso para hacer cosas inesperadas que nos asombren, haciendo algo que las generaciones anteriores no pudieron hacer”.
El judío budista
Un hombre de túnica roja tibetana se suma a la charla y se define a sí mismo como budista y judío: “nací en Jerusalén ; un budista puede pertenecer a otra religión al mismo tiempo; y cierto judaísmo reformistas también lo acepta; no hay ninguna contradicción; practico las dos religiones; estuve 15 años en una congregación judía. Hoy el budismo lo practico solo, en mi casa, que se parece mucho a un templo; la llamo mi monasterio.”
–¿Si estuvieses en el servicio militar irías a Gaza?
–No puedo pelear de ninguna manera, no puedo matar, soy budista. Esta guerra es una estupidez y no debería estar sucediendo. Llevo protestando más de un año y medio, cada semana, nosotros no somos nuestro gobierno. Creo que la mayoría de los israelíes no creen en él. Lo del 7 de octubre fue terrible, pero la respuesta también. Quizá debería haber habido una respuesta pero no esto, de ninguna manera. Se necesita otro gobierno árabe para Gaza que busque la paz. Si hubiesen frenado esta guerra a los dos meses, todos los rehenes estarían libres. Es muy obvio que esta guerra no tiene sentido. Yo vivo en Haifa y voy a muchas demostraciones contra este gobierno antidemocrático, quiero que se vaya ya mismo, ha sido terrible.
Rabino y ateo
Ahora es Andy Faur quien se explica a sí mismo, en este canto a la diversidad que es el acto: “vine para darle apoyo político al evento, como parte de mi organización de rabinos laicos Merhav, aunque no seamos religiosos”
–Sos un rabino laico, ateo y humanista; e hincha de River; ¡Un poco de luz por favor!
–Entendemos al judaísmo como la cultura del pueblo judío y no como una religión, es una cultura milenaria que viene desde la Torá; pero para nosotros el componente religioso es mínimo o inexistente; nos basamos en la cultura, la tradición, la historia y las costumbres, no en la religión. Desde este punto de vista, los rabinos nos preparamos para ser un líder o un maestro, para liderar al público judío laico. Entendemos que la religión es un desarrollo dentro de la cultura judía, pero que a partir del siglo XIX esta se hizo menos relevante para la mayoría de los judíos. Hoy, en la complejidad del pueblo judío, el componente religioso es importante pero no es el central. En la Edad Media el judaísmo era básicamente religioso –como todas las culturas de esa época— pero hoy el 50 por ciento de los judíos de Israel se definen como laicos. Para los rabinos laicos, la Torá es un libro humano y no divino, y hacemos una lectura critica. Lo que buscamos con actos como este hoy acá, es tratar de bajar un poco la tensión para poder hablar; las armas nunca van a solucionar esto, nadie va a ganar nunca, la única forma será un acuerdo político final.
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