Cuatro trabajadores humanitarios palestinos murieron en un bombardeo israelí | En el área de Mawasi, designada como zona humanitaria
Cuatro trabajadores humanitarios palestinos murieron este viernes en un bombardeo israelí en un almacén de ayuda en el área de Mawasi, designada como zona humanitaria, en el sur de la Franja de Gaza. A su vez, se encontraron otros 60 cuerpos en barrios de Ciudad de Gaza y todos los países que habían interrumpido su financiación a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) la reanudaron, con excepción de Estados Unidos y Reino Unido.
Al menos una de las víctimas del bombardeo en Mawasi trabajaba para la ONG británica Al Khair, indicaron fuentes médicas palestinas a la agencia de noticias EFE. Esta zona, ubicada en la costa mediterránea del área de Jan Yunis, fue designada por el Ejército israelí como zona humanitaria, y allí ordenó la evacuación de más de un millón de gazatíes, incluidos los desplazados que había en Rafah en mayo, cuando sus tropas comenzaron una operación militar en la ciudad, que hace frontera con Egipto.
No es la primera vez que las fuerzas israelíes matan a trabajadores humanitarios en Gaza. Uno de los casos más sonados fue el de la ONG World Central Kitchen, que perdió a siete de sus empleados en abril, seis de ellos extranjeros, en un ataque que el Ejército israelí atribuyó a una identificación errónea. El caso indignó a la opinión pública internacional pero lo cierto es que desde que comenzó la guerra en octubre murieron cientos de trabajadores humanitarios palestinos, muchos empleados de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).
Más de 60 cadáveres
Mientras tanto, la agencia de Defensa Civil palestina afirmó en un comunicado que encontró cerca de 60 cuerpos en los barrios de Tal al Hawa y Al Sinaa, en Ciudad de Gaza. Según el portavoz de ese organismo, Mahmud Basal, el hallazgo se produjo tras la retirada de las tropas israelíes, pero el ejército israelí no confirmó que se hubiera marchado de estos barrios. También detalló que se encontraron allí decenas de cuerpos en carreteras y entre los escombros, al tiempo que numerosas casas quedaron destruidas y otras fueron incendiadas.
El hallazgo se produjo un día después de que se encontrarán otros 60 cuerpos en Shujaiya, otro barrio de Gaza que fue escenario de encarnizados combates entre combatientes de Hamas y soldados israelíes. El Ejército israelí anunció en un comunicado que durante sus operaciones logró eliminar al subcomandante del batallón del grupo islamista en el barrio, a quien identificó como Ayman Showadeh.
Según Israel, Showadeh participó en la planificación de los ataques del pasado 7 de octubre y dirigió numerosos ataques contra las tropas israelíes a lo largo de la guerra en la Franja de Gaza. El comunicado castrense también aseguró que durante sus ataques en Shujaiya eliminó a más de 150 presuntos terroristas en combate.
El Ejército israelí también mantiene una intensa ofensiva en Rafah, ciudad ubicada en el extremo sur del territorio palestino, donde en el último día las tropas eliminaron a numerosos milicianos en combates a corta distancia y ataques aéreos, según otro comunicado castrense. Israel aseguró además que sus fuerzas localizaron un taller de producción de armas.
Las negociaciones
En plenas negociaciones para lograr un acuerdo de alto el fuego en la devastada Franja, que se encuentran en su punto más prometedor de los últimos meses, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, negó que el Ejército vaya a abandonar el conocido como corredor Filadelfia, ubicado en Rafah y que recorre la frontera de Gaza con Egipto. “El primer ministro insiste en que Israel permanecerá en el corredor Filadelfia. Estas fueron sus instrucciones a los equipos negociadores, y así se lo comunicó a los representantes de Estados Unidos esta semana y al Gobierno anoche”, indicó en un comunicado la Oficina de Netanyahu.
El premier respondía así a una información publicada por una agencia de noticias británica que indica que los mediadores israelíes y egipcios estarían negociando un sistema de vigilancia electrónico que permita a las tropas israelíes abandonar la frontera en caso de llegar a un acuerdo de alto el fuego con Hamas.
El grupo islamista, por su parte, acusó al mandatario israelí de introducir nuevas demandas en las negociaciones para un alto el fuego. “Esto demuestra que está procrastinando, buscando que caiga el acuerdo”, según un mensaje del miembro del buró político de Hamas, Izzat al Risheq.
El grupo insistió además en que gestionar la Franja de Gaza tras la guerra es un asunto exclusivamente palestino, y confirmó que propuso que un único gobierno, nacional y apartidista, tome el control del enclave junto a Cisjordania.
Israel tomó el control del corredor Filadelfia a comienzos de mayo y desde entonces controla la zona, que incluye el paso fronterizo de Rafah hacia Egipto, por el que antes entraba gran parte de la ayuda humanitaria hacia Gaza y que permanece cerrado desde la entrada de las tropas israelíes en la localidad. Para Israel, controlar esa frontera –en la que aseguran haber hallado al menos 20 túneles– es muy importante porque es la principal fuente de contrabando de armas que durante años habría servido para la entrada de armamento de Hamas.
La financiación de la UNRWA
En paralelo, todos los países que habían interrumpido su financiación a la UNRWA la reanudaron, con excepción de Estados Unidos y del Reino Unido, aunque este último país está considerando retomarla, explicó el comisionado general de la propia UNRWA, Philippe Lazzarini, al término de la Conferencia de Donantes celebrada en Nueva York. Lazzarini explicó que las nuevas donaciones permiten que la agencia continúe funcionando hasta finales de septiembre, mientras que hasta un día antes solo tenían fondos para operar hasta finales de agosto.
La UNRWA, que antes de la guerra realizaba tareas vinculadas a la educación, sanidad y otros servicios sociales a dos tercios de los palestinos en Gaza, entró en grave crisis en enero pasado, cuando Israel acusó a 12 de sus miembros de participar en los ataques de Hamas en octubre; como consecuencia, los principales donantes congelaron su financiación. En los meses siguientes, la retórica de Israel contra la agencia palestina fue en aumento: llegó a decir que empleaba a 450 terroristas en Gaza, o que el 17% de sus 30.000 empleados eran en realidad miembros de Hamas.
A falta de que Israel muestre pruebas de sus acusaciones, la mayoría de los países fueron reanudando su financiación, pero no así Estados Unidos, que incluso votó en el Congreso para suspender toda aportación de fondos al menos hasta marzo de 2025.
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