Luana Volnovich: “Si el PAMI todavía no explotó es por el superávit que les dejamos” | La extitular del PAMI responde a las acusaciones del Gobierno
“Fue una maniobra clásica. Preparar el terreno para después levantar la casa. El problema es que no es cualquier casa. Es la casita del terror”, dice Luana Volnovich, desde su despacho en la Cámara de Diputados, a modo de resumen sobre el ruido que generó el Gobierno esta semana en torno al PAMI, la obra social de más de 5 millones de jubilados y pensionados y el quinto presupuesto más importante en la estructura del Estado. Se refiere a las denuncias sobre “gastos innecesarios”, “déficit” y hasta “recetas truchas” durante lo que fue su gestión al frente del organismo que utilizaron las principales espadas del oficialismo para justificar el achique que se viene en la prestaciones médicas para las personas mayores. La “casita del terror” de la que habla es la posibilidad de que se corte la provisión de medicamentos gratis, lo que agravaría al extremo la situación de uno de los sectores más golpeados por la licuadora de Javier Milei y Luis Caputo.
“Esta maniobra contra nuestra gestión no tiene ni pies ni cabeza, pero tiene como objetivo justificar la crisis se les viene encima, porque el PAMI, con esta política económica, se va a quedar sin plata. La devalución de diciembre disparó los precios de los medicamentos, y el ajuste socavó su base recaudatoria. Es un cuello de botella generado por sus propias políticas”, se explaya en diálogo con Página/12. Y agrega: “Si no fuera por el colchón de ahorro que les dejamos, de más de 300 mil millones de pesos, el problema ya hubiera estallado”.
-El gobierno dice haber encontrado un PAMI “deficitario”, producto de una auditoría en la que supuestamente se detectaron “gastos innecesarios”. Usted respondió que, en cambio, dejó superávit. ¿Quién tiene razón?
-Es tan fácil como revisar los balances. Nuestros datos son públicos y contundentes. No sólo dejamos superávit, sino que antes tuvimos que corregir el déficit que nos había dejado la gestión Macri. Pero el punto no es sólo ese, sino que esa discusión es un invento del Gobierno para no hablar de lo que hoy es verdaderamente urgente, y es que las prestaciones del PAMI están en riesgo por las decisiones que ellos mismos están tomando. El PAMI tiene dos problemas serios generados por las políticas de Milei: por un lado tiene menos ingresos por la menor recaudación de la seguridad social, que se desplomó a la par de los salarios y las jubilaciones; y por otro se dispararon los precios de los medicamentos, producto de la brutal devaluación de diciembre. Lo digo bien claro: si el PAMI no explotó todavía es porque nuestra gestión dejó 300 mil millones de pesos de superávit, contrariamente a lo que dijo el Gobierno a través de sus voceros. Gracias a ese colchón que les dejamos, hoy siguen tirando tirando y pagando los medicamentos, pero no por mucho tiempo más. Por eso decimos que esta maniobra contra el PAMI y contra nuestra gestión no tiene ni pies ni cabeza, pero tiene como objetivo justificar la crisis se les viene encima y los ajustes que planean a futuro.
-Hubo además una denuncia sobre la utilización de supuestas “recetas truchas” para estafar al Estado. ¿También es parte de esa maniobra que usted menciona?
-Esa denuncia se cayó a poco de andar porque, en todo caso, cuando se detecta una “receta trucha” se está hablando de un delito privado. No del PAMI, sino contra el PAMI. Son de manual. Por otra parte, se olvidan que nosotros a la par del saneamiento administrativo de la entidad, transparentamos la gestión y reforzamos los controles. Estamos hablando del quinto presupuesto de la argentina, que durante el macrismo fue administrado como un almacén, sin calendario de pagos, sin nada. En el caso de las recetas, siempre hay algún vivo, estamos hablando de que el PAMI recibe 13 millones de recetas por mes. Por eso reemplazamos el papel por la receta electrónica y establecimos un mecanismo de 17 indicadores para detectar algún intento de estafa que pueda haber. El caso de las recetas forma parte, sí, de la misma maniobra de los gastos. A ver: el Gobierno puede decir que tal o cual gasto es irrelevante o superfluo, como por ejemplo el programa alimentario que implementamos para personas vulnerables, y tiene todo el derecho a decirlo y también, si quiere, a recortarlo, porque ganó las elecciones. Pero debe hacerse cargo de esa decisión, no inventar operaciones. Esa es la receta clásica de “preparar el terreno para construir la casa”, pero esta no es cualquier casa, es la casita del terror. Porque estamos hablando, otra vez, de un PAMI en riesgo, que puede dejar sin medicamentos a sus afiliados.
-Respecto de los medicamentos, hay incertidumbre porque todavía no se renovaron los contratos con los laboratorios. ¿Qué cree que puede llegar a pasar?
-Es un embudo, como dije. Los precios de los medicamentos aumentaron mucho y a la vez se cayó la recaudación. Lo importante es que el PAMI sea sustentable, nosotros lo logramos. Además, los laboratorios siempre están discutiendo su rentabilidad. Nosotros logramos una articulación público-privada en este aspecto que es tema de estudio en los países de la región. Estamos en riesgo de perder lo que se construyó. El riesgo serio es que se acabe la plata y chau medicamentos gratis.
-Sería un escenario muy grave…
-Pasar la motosierra tiene consecuencias reales, esta es una, y si se socava la base recaudatoria del PAMI no vas a poder pagar los medicamentos. Y eso, a la larga, es un boomerang. Estamos hablando de que el PAMI genera un ahorro de 50 mil, 70 mil pesos en promedio a los jubilados en su gasto en salud, y si eso se acaba, a la par del ajuste en las jubilaciones, puede ser un combo brutal. Cuando decimos que estamos en contra de las políticas de Milei no lo decimos porque sí, lo decimos por estas cosas. No es sólo ideológico, no es abstracto. ¿Cómo haces, con una jubilación mínima, para afrontar medicamentos que pueden llegar a costar 100 mil pesos? Creo sinceramente que este tema puede ser hasta un detonante del humor social respecto del Gobierno.
-Los jubilados vienen siendo una de las variables de ajuste del plan económico de Milei. El Gobierno finalmente decidió establecer la fórmula vía DNU y seguir con la licuadora. ¿Cómo analiza la situación?
-Está claro que son los perdedores del modelo, dentro de un grupo más grande de perdedores, donde entran básicamente todos los trabajadores. Nos decían que era la “campaña del miedo”, pero en el proceso electoral nosotros advertimos que esto podía pasar y está pasando. Respecto de la fórmula, evidentemente al Gobierno le vino bien que se hayan caído las negociaciones por la ley ómnibus para no dar los aumentos que tenía que dar y avanzar por decreto.
-En Diputados hay varios proyectos de la oposición dando vueltas y a la espera de un acuerdo, incluso se estuvo cerca de abrir el debate en el recinto la semana pasada. ¿Cuál sería una fórmula que hoy pueda ?
-En términos ideales, en un país al que le va bien como sucedió con Cristina, lo mejor es una fórmula por recaudación, con los salarios del RIPTE, que con crecimiento económico te termina aumentando las jubilaciones por encima de la inflación, como sucedió. El problema es que cuando a la Argentina, como hoy, o como en el gobierno anterior, le va mal o no le va tan bien, esa fórmula no te alcanza. En el gobierno anterior se resolvió con los bonos, es cierto. Una hipótesis para el país de hoy podría ser esa misma fórmula con un gatillo por inflación, hay proyectos interesantes en ese sentido. Esa fórmula lo que te permitiría es, en las malas, que todos recuperen lo perdido. Eso en un plano teórico, después está lo que pueda pasar con las negociaciones parlamentarias y lo que haga el Gobierno. Nuestra postura es construir una postura común con los demás bloques para salir de esta situación de ajuste.
-Finalmente, ¿qué balance hace de los 100 días del Gobierno de Milei? ¿Y qué rol cree que jugar el peronismo en este contexto?
-Creo que Milei ganó diciendo lo que iba a hacer y está haciendo más o menos lo que dijo. Lo cual es terrible, porque vivimos un deterioro constante de nuestras condiciones de vida, todos los días es peor. Y tengo obviamente la sensación de que esto en algún momento no va a andar bien, y lo digo con tristeza, desde nuestra óptica esto se va a ir agudizando y termina en algún lugar que no va a ser grato para nadie, que una no quisiera. Además es un modelo que no cierra sin represión. Ante eso, lo que creo hay que tratar de hacer, como siempre, es tratar de representar. La última carta de Cristina, por ejemplo, no es tanto un plan de gobierno como se dijo, es más bien una hoja de ruta, una forma de adelantarse a las discusiones que se vienen en este contexto. Una aceptación de que este Gobierno ganó y una orientación para las posiciones que tenemos que tomar en ese marco. Por ejemplo, lo que están intentando hacer con el PAMI. Esos son los debates que hay que dar.
Leave a Comment