Miles de personas asistieron al funeral del líder de Hamas en Doha | Con la presencia del emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani
Miles de personas despidieron este viernes al jefe del buró político de Hamas, Ismail Haniyeh, en un multitudinario funeral en Doha al que asistieron las altas esferas de la familia real de Qatar, mientras que en diferentes partes de Medio Oriente las oraciones de los viernes de los musulmanes estuvieron dedicadas a la muerte del líder islamista.
El canal de televisión qatarí Al Jazeera informó que el emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani y su padre, Hamad bin Jalifa Al Thani, además del primer ministro y ministro de Exteriores qatarí, Mohamed bin Abderrahmán, acudieron a la ceremonia celebrada en la mezquita Mohamed bin Abdelwahab, la más grande del país. También asistieron altos cargos del Gobierno de Turquía, como el ministro de Exteriores, Hakan Fidan, y el presidente del Parlamento turco, Numan Kurtulmuş; además de delegaciones diplomáticas de Pakistán y Malasia.
Estas figuras políticas, sin embargo, mantuvieron un perfil bajo y apenas aparecieron ante las cámaras, al contrario del funeral celebrado el día anterior en Teherán, donde participaron las principales autoridades iraníes. A esto hay que sumarle la presencia de representantes de Hamas, Fatah y la Yihad Islámica Palestina, que participaron en una muestra de unidad en las oraciones para despedir a Haniyeh.
Haniyeh murió en la madrugada del miércoles en un ataque con explosivos en la residencia donde se alojaba en Teherán, informó en un comunicado la Guardia Revolucionaria iraní. Tanto las autoridades de este país como Hamas atribuyeron el ataque a Israel que, sin embargo, no reivindicó. El dirigente, de 61 años, vivía en el exilio entre Qatar y Turquía y se hallaba en Teherán para la investidura del nuevo presidente iraní, Masud Pezeshkian.
La ceremonia
Miles de personas acudieron desde primera hora de la mañana a la mezquita Mohamed bin Abdelwahab de Doha, con capacidad para acoger a unas 30.000 personas, para presenciar lo que medios qataríes calificaron como un funeral público y oficial sin precedentes en el pequeño país del golfo Pérsico. De hecho, cientos de personas no pudieron acceder al templo y tuvieron que refugiarse bajo puentes cercanos para escuchar las oraciones, evitando así las extremas temperaturas de 43 grados en el país.
“El hecho de que el hermano Estado de Qatar y sus dirigentes hayan acogido la ceremonia fúnebre de Ismail Haniyeh en estas difíciles circunstancias es una posición noble y apreciada”, escribió en la red social X el asesor diplomático del presidente de Emiratos Árabes Unidos, Anwar Gargash, que trasladó su pésame a la familia del fallecido.
Jalil al Hayya, miembro del buró político de Hamas, encabezó una breve oración frente al ataúd de Haniyeh, que envuelto en la bandera palestina fue sacado de la mezquita en una multitudinaria procesión para su entierro en el Cementerio del Imán Fundador de la localidad de Lusail, al norte de Doha. “Estamos seguros de que su sangre traerá la victoria, dignidad y liberación”, expresó Al Hayya a los familiares del difunto, en declaraciones recogidas por Al Jazeera.
Durante la procesión del féretro de Haniyeh, decenas de personas corearon lemas como “Palestina libre”, en medio de un fuerte dispositivo policial que estuvo desplegado en la capital qatarí durante toda la ceremonia. “Haniyeh era un símbolo, un líder de la resistencia (…), la gente está enojada”, indicó a la agencia de noticias AFP Taher Adel, un estudiante jordano de 25 años, que vive en Doha.
El líder de Hamas fue enterrado en presencia solo de familiares, de cargos políticos y de la familia real de Qatar, país en el que Haniyeh residió desde 2019 y que también alberga la oficina política del grupo islamista, el cual anunció que alguno de sus importantes miembros se reunirán pronto para elegir a un nuevo líder político.
La oración del viernes
Por otro lado, la muerte de Haniyeh marcó este viernes las oraciones del día sagrado de los musulmanes en varios países de Medio Oriente, donde los imanes le dedicaron unas palabras y también lanzaron amenazas contra Israel.
En Beirut, Hamas organizó un funeral simbólico en el que una multitud marchó por las calles del barrio de Tariq al Jedideh ondeando banderas palestinas y de otras facciones afines al grupo entre fotografías del líder. El mismo barrio ya acogió el pasado enero el funeral del número dos de Hamas, Saleh al Arouri, quien fue asesinado en un bombardeo israelí contra las afueras de la capital del Líbano, donde residen varios miembros destacados del movimiento y donde está activa una filial de su brazo armado, las Brigadas Al Qassam.
Otras actos de protesta contra la muerte de Haniyeh tuvieron lugar en campamentos de refugiados palestinos como el de Burj al Chamali (en el sur) o el de Jalil (en el este), puesto que en el país mediterráneo hay cerca de medio millón de personas de esa comunidad, según registros de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En las mezquitas de la capital de Yemen controlada por los rebeldes hutíes, Saná, los imanes dedicaron sus sermones y oraciones a Haniyeh, pero también a Fuad Shukr, un alto comandante del grupo chiíta libanés Hezbolá asesinado en Beirut un día antes que el líder de Hamás. Desde la mezquita capitalina de Al Hashush, el ministro de Salud hutí, Taha al Mutawakil, dijo en su sermón: “El sacrificio es el único camino al que deben acudir los musulmanes si quieren liberar a Palestina de la entidad sionista”. También afirmó que no hay vuelta atrás en la lucha contra Israel y Estados Unidos.
En Manama, la capital de Baréin, cientos de personas corearon “Muerte a Estados Unidos, muerte a Israel” en la mezquita chiíta de Al Sadiq, en el norte del país. Tras las oraciones, cientos de manifestantes salieron a las calles y marcharon por el pueblo de Duraz denunciando el asesinato de Haniyeh y exigiendo venganza.
En Irak se celebraron varias oraciones en algunas mezquitas sunitas para recordar al líder de Hamas, después de que el jueves tuvieran lugar dos manifestaciones en la capital, Bagdad: la primera en la icónica plaza Tahrir y, la segunda, en la zona suní de Al Azamiya, en el norte de la ciudad.
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