El desafío de educar y arrancar la violencia del deporte sanjuanino

Está claro que la violencia es una problemática que atraviesa a todos y no distingue entre clases sociales, espacios o edades. Es por ello que en contextos como el deportivo aflora lo peor y, lamentablemente, son cada vez más comunes los episodios de agresión física y verbal. Basta con acudir a una competición de cualquier disciplina para observar ejemplos no sólo en las tribunas, sino también adentro de las canchas y con los propios protagonistas.

Frente a este marco, desde la Secretaría de Seguridad y a través del programa de prevención de violencia en el deporte sanjuanino, denominado ‘Elijo creer’, se impulsan charlas con especialistas que buscan generar conciencia y combatir contra el flagelo, con el noble y difícil objetivo de acabar con la brutalidad en escenarios que fueron creados para el disfrute y el entretenimiento.

Se trata de un ciclo de talleres que está dirigido a jóvenes deportistas sanjuaninos, de entre 12 y 16 años, que se encuentran en plena etapa formativa y que, lejos de mantenerse exentos, están expuestos a la compleja realidad. Por esa razón, las herramientas y los conocimientos que adquieren se postulan como una de las claves para conseguir la tan preciada meta.

“Lo que se aborda son distintos tipos de violencia y se intenta concientizar, desnaturalizar y problematizar esos hechos que vemos a menudo en diferentes ámbitos. La idea es que identifiquen esas violencias en la familia, la escuela, los espacios digitales y el club”, explica María Agüero, una de las licenciadas en Psicología que lidera el programa.

Las dinámicas con los adolescentes que entrenan en las instituciones deportivas se prestan como un lugar en el que las profesionales comparten ejemplos de la vida cotidiana y les piden a los chicos que reconozcan si existe violencia en las situaciones descriptas o no. La propuesta no sólo consigue la participación, sino que además pone en evidencia cómo se han naturalizado ciertas conductas violentas y que pocas veces son advertidas.

“Por ahí asumimos que algunas situaciones no son violencia y sí lo son, todo depende del contenido, del contexto”, sostiene quien ofreció talleres para chicos y chicas de 9 de Julio que practican fútbol, patinaje artístico y hockey sobre patines.

Tatiana Aguilera es la otra especialista que encabeza las charlas y la misma destaca que los arquetipos que sirven para ejemplificar y que ayudan a quitarles el velo son algunos tan claros como los cantos y otros no tan aparentes como los apodos. “La idea es que reconozcan la problemática y la desnaturalicen porque hay cuestiones que están muy arraigadas y son parte de la violencia”, remarca y sigue: “En el ida y vuelta, algunos admiten que hay apodos que no les gustan. Entonces empiezan a darse cuenta y eso se nota en sus caras”.

Reflexionar sobre cómo se relacionan entre pares y cómo se dirigen hacia los árbitros y los entrenadores es parte del trabajo que se logra a lo largo de la interacción y, a pesar de que una golondrina no hace verano, lo que se consigue resulta una buena señal puesto que los jóvenes se hacen cargo de la parte que les toca y, según aseguran las expertas, reconocen estar inmersos en un ambiente violento y, en algunos casos, se comprometen a generar cambios reales como evitar el uso de sobrenombres.

Aunque el entorno en el que se desarrollan las charlas es deportivo y el abordaje parte desde esa óptica, en el intercambio con los más jovencitos surgen otras temáticas como la de los celos para aquellos que están en sus primeras relaciones amorosas.

Tras las primeras experiencias, las psicólogas manifiestan que han tenido respuestas positivas y que en todos los clubes a los que fueron les pidieron que vuelvan con charlas dirigidas a otros públicos como los padres, los cuerpos técnicos.

“Reconocen que es una problemática que sienten que se debe trabajar. Además es de público conocimiento que muchos de los clubes de San Juan no tienen un equipo técnico de profesionales para contener estas situaciones. Y el que es profe y que se ocupa de ello lo hace por vocación. Lo bueno es que hay un compromiso también y un interés en mejorar”, señala Aguilera, quien confiesa que la puesta en marcha es gratificante por las buenas respuestas que reciben.

Una de las metas principales del programa de prevención es conseguir que las instituciones deportivas creen sus propios protocolos ante diferentes situaciones de violencia que se presentan. Es por eso que, primero y a modo de siembra, se brindan los talleres de concientización para luego avanzar hacia los cambios concretos.

En ese sentido, las licenciadas dejan las puertas abiertas para que cualquier escuadra deportiva interesada forme parte de los talleres. “Los clubes que lleven a cabo la propuesta del protocolo van a tener el certificado de su compromiso para erradicar la violencia y de empezar a prevenirla”, dijeron las expertas que aclararon que las expectativas son a largo plazo ya que la misión es atacar el problema desde adentro con los actores.

La puesta en escena que en los próximos días tendrá a las instituciones de 25 de Mayo como destino también se ejecuta redoblando esfuerzos con la Secretaría de Deportes, que acompaña las visitas con campañas de vacunación. No obstante, las profesionales instaron a todos a participar, puesto que proponen que su iniciativa sea a demanda.

Los interesados deberán dirigirse a las oficinas de la Dirección de Prevención de Delitos y Violencia, situada en Entre Ríos 486 Sur. El número de contacto es 4213268 y el mail es [email protected].

Bajo la coordinación de María Eugenia Ochoa, los clubes que ya fueron visitados son Libertad Juvenil, Club Rojo Fiorito y Club Deportivo 9 de Julio, donde se desarrollaron actividades dirigidas a los jugadores de divisiones inferiores.

Fabian