El futuro de Diego Martínez tras la eliminación de Boca Juniors ante Cruzeiro en la Sudamericana
El dulce que generó la clasificación automática al Mundial de Clubes 2025 tras la derrota de Nacional de Montevideo ante San Pablo a primera hora se fue rápido tras la eliminación de la Sudamericana en Belo Horizonte. La cosa no arrancó nada bien para un Boca que sufrió la expulsión de Advíncula a los 30 segundos de partido y, a los 21 minutos, ya estaba 2-0 abajo en el tanteador. Chiquito Romero sostuvo la desventaja mínima en el global hasta que el equipo empezó a acomodarse y terminó merenciendo más pese a la inferioridad numérica. Como siempre detrás de cada derrota hay grados de responsabilidad que se reparten: directiva, jugadores y cuerpo técnico. ¿Cómo quedó parado Diego Martínez tras la caída en Brasil?
Antes de la revancha contra Cruzeiro, Juan Román Riquelme le había marcado la cancha al DT: “Creemos que podemos jugar mejor. De local estamos compitiendo bastante bien y claramente sabemos que de visitante tenemos mucho que mejorar. Se nota mucho eso en la Liga. La mejor manera de mejorar es aceptando las cosas y somos conscientes que de local lo hacemos de una manera y de visitante no”. Estos puntos fue los que el presidente del club les había mencionado a los jugadores en la charla íntima que tuvo tras la igualdad ante Instituto en Córdoba por el torneo local.
Riquelme también es consciente de que el técnico estuvo a la altura de las circunstancias en un primer semestre del año en el que Boca llegó a las semifinales de la Copa de la Liga (cayó en tanda de penales contra Estudiantes de La Plata), quedó a mano con River en la fase regular (1-1 en Núñez) y lo eliminó en los cuartos de dicho certamen. En paralelo, avanzó en Copa Argentina y aprobó parcialmente en el ámbito internacional ya que no pudo sellar la clasificación como primero de la zona (quedó detrás de Fortaleza).
Además, Martínez no puso excusas por la falta de recursos que afrontó para jugar contra Independiente del Valle de Ecuador en los 16avos de la Sudamericana, instancia en la que le faltaron los convocados a los Juegos Olímpicos (Equi Fernández, Cristian Medina y Kevin Zenón, todos titulares) y también los que hasta allí eran los cuatro refuerzos del mercado (Gary Medel, Tomás Belmonte, Brian Aguirre y Milton Giménez) por la tardía inscripción de los mismos, error de la directiva. “Todos somos responsables”, fue la frase de un DT que, en el fondo, sabía que no era él quien estaba en falta.
“Este mes fue complicado tanto para él como para los jugadores, y también para el Consejo de Fútbol. Fue una situación rara estar en medio del libro de pases y jugar partidos importantes como nos tocó con Independiente del Valle y Cruzeiro, donde algunos se van y otros se quedan. El técnico ahora cuenta con todos y tiene más posibilidades de competir como él quiere, y estamos confiados”, sentenció Román antes del viaje a Belo Horizonte. Después de quedar afuera en circunstancias inesperadas, algo que solamente en el fútbol puede acontecer, hubo silencio.
La única reflexión en palabras del Consejo fue de Mauricio Serna, quien realizó una sugestiva publicación en las redes sociales: “Porque en las adversidades es donde conocemos nuestras mayores virtudes. Lucharon, compitieron y dejaron a nuestro escudo en lo más alto. Estoy orgulloso de ustedes por lo que hicieron hoy en Brasil, orgulloso de pertenecer a este club, orgulloso de amar tanto a Boca. ¡Gracias!”. En la imagen que posteó aparecían Miguel Merentiel, Gary Medel, Lautaro Blanco, Tomás Belmonte y Cristian Lema abrazados durante la tanda de penales. No hubo mención para Diego Martínez.
Del lado del cuerpo técnico, el ayudante del DT Cristian Bardaro también utilizó las redes sociales para compartir su pensamiento tras la derrota con Cruzeiro: “Orgulloso de este grupo. A seguir. Dejaron el corazón por esta institución, ¡¡¡nada que reprocharse!!!”. La imagen que acompañó a su mensaje fue de todo el plantel abrazado durante la arenga previa en el campo de juego del Mineirao.
En conferencia de prensa, Martínez dejó entrever que tenía más fuerzas que nunca para continuar en el cargo y ya tiene la cabeza puesta en los siguientes desafíos: “A partir de mañana hay que pensar en acomodar el campeonato y seguir peleando la Copa Argentina. Es muy doloroso, pero este grupo mostró que sale de adversidades y vamos a salir de este duro golpe. Seguiremos mañana, mirando para adelante todas las cosas que tenemos para competir el resto del año”.
Desde que Riquelme se hizo cargo del fútbol de Boca, todos los entrenadores fueron cesanteados con excepción de Jorge Almirón, quien renunció tras perder la final de la Libertadores el año pasado. Ocurrió con Miguel Ángel Russo, Sebastián Battaglia y Hugo Ibarra anteriormente.
A Russo se le agotó el crédito después de la eliminación en los octavos de final de la Libertadores 2021. Su Boca ya había caído sin atenuantes 3-0 ante Santos en brasil en las semifinales de la edición anterior. Los penales en Belo Horizonte, sumados a un irregular momento futbolístico, lo llevaron a cruzar la puerta de salida por decisión del Consejo. Ni el triunfo contra River en los octavos de la Copa Argentina (en tanda de penales) sostuvo a Miguel en el cargo: tras un empate como local ante Argentinos Juniors y una derrota en La Plata ante Estudiantes, se fue.
El caso de Battaglia es el más recordado por todos debido a las formas. Raúl Cascini y Marcelo Delgado lo citaron en una estación de servicio y le comunicaron que iban a rescindirle el contrato luego de la eliminación en los octavos de la Libertadores 2022 contra Corinthians (también en tanda de penales, en la Bombonera). El ídolo se quejó entre líneas por el mercado de pases y, aunque aseguró que pretendía continuar en su cargo, le comunicaron que su ciclo estaba cumplido.
Casi de imprevisto, el por entonces técnico de la Reserva Hugo Ibarra se hizo cargo del plantel de forma interina y tomó envión luego de hilvanar algunas victorias. Su confirmación como DT tuvo como frutilla del postre la consagración en la Liga Profesional 2022, título que le extirpó al Racing de Fernando Gago en la última fecha. El equipo no encontró su mejor versión a inicios de 2023 y el triunfo en Supercopa Argentina contra Patronato en marzo del año pasado (último título oficial de Boca) no alcanzó para comenzar la Libertadores. El Negro fue reemplazado y el Xeneize inició la Copa con Mariano Herrón como interino. Riquelme cerró a Almirón y, para el segundo duelo por la fase de grupos, el hoy estratega de Colo Colo de Chile ya estaba en funciones.
Martínez se jugará el último crédito que tiene a su favor en los siguientes partidos. Y la seguidilla no será para nada fácil. Este lunes visitará (desde las 21) a Estudiantes en La Plata por la duodécima fecha de una Liga Profesional en la que Boca está a 6 puntos del líder Huracán. El sábado 31 de agosto recibirá a Rosario Central (en mismo horario) y, todavía por confirmarse de manera oficial, se enfrentará ante Talleres de Córdoba en Mendoza el viernes 6 de septiembre por los octavos de final de la Copa Argentina. Tras ese cruce mano a mano, jugará ante Racing en Avellaneda y River en la Bombonera.
Hoy por hoy Boca no tiene asegurada su participación en la Libertadores 2025 y eso es algo que preocupa al hincha e incomoda a los protagonistas. Ese objetivo será alcanzado si termina entre los primeros tres equipos de la Tabla Anual, si se consagra campeón de la Liga Profesional o, en su defecto, de la Copa Argentina. Por eso el choque contra Talleres de Córdoba pasó a ser trascendental para el Xeneize. Y, para Martínez, su historia como DT boquense será desde ahora partido a partido.
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