El Gobierno de San Juan defendió la presencia de gavilanes y ahora preocupan las ardillas y unas “simpáticas” aves
“Los gavilanes son un método de control biológico natural para la erradicación de palomas y roedores. Y la verdad es que hacen un trabajo formidable para el control natural y biológico. No estamos haciendo daño biológicamente a ningún otro ser vivo. Así que es muy importante tener los gavilanes y cuidarlos porque son parte de nuestra fauna como muchos otros animales que muchas veces no sabemos que existen en la ciudad”, afirmó el Subsecretario de Conservación en Secretaría de Estado de Ambiente y Desarrollo Sustentable de San Juan, Mario Santori, en medio del debate sobre si estas aves son peligrosos para humanos y mascotas. Oficialmente no preocupan los gavilanes pero sí otros animales: las ardillas de vientre rojo y los pájaros llamados “estorninos” que amenazan con venir desde Mendoza a complicar la fauna y flora locales.
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El funcionario orreguista salió este viernes al cruce de la proteccionista Emilia Merino, quien había advertido sobre la peligrosidad de los gavilanes que fueron soltados en abril por la Secretaría de Ambiente para controlar la plaga de palomas y roedores en la ciudad. Santori dijo que se trata de un animal autóctono y que en su oficina no manejan denuncias formales sobre ataques a mascotas o personas e invitó a hacerlas a quienes lo crean conveniente.
“Esto no lo digo yo, sino lo dicen los biólogos, y tenemos profesionales aquí en la Secretaría para responder a lo que estoy comentando. Los animales libres huyen a los humanos, no se acercan. Cuando el animal ha estado en cautiverio puede llegar a atacar. Puede acercarse a la comunidad porque está acostumbrado que un humano le dé de comer. Pero si no, el animal huye, no se acerca a un humano”, argumentó en diálogo con Radio Sarmiento.
El funcionario dijo que con los gavilanes “estamos haciendo un control totalmente natural y biológico, que no lo estamos haciendo desde este año. Esto viene de toda la vida”.
Ardillas y estorninos, un peligro cercano
En la región se trabaja para controlar el avance de otros animales que no son autóctonos como la ardilla de vientre rojo y el estornino pinto. “Está trabajando la Secretaría de Ambiente de Mendoza para controlarlo. En San Juan todavía no se han visto estos animales. Sería de gran preocupación tenerlos”, destacó Santori.
El funcionario dijo que “esto habla del compromiso de los ciudadanos de no traer especies que no sean de San Juan, traerlas aquí, tenerlos dos o tres días. No me gustó el animal que traje y lo suelto a la naturaleza, un animal que no es de San Juan”.
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La ardilla de vientre rojo (Callosciurus erythraeus) es una especie originaria del sudeste de Asia que fue introducida con fines ornamentales en el partido de Luján, Provincia de Buenos Aires hace 50 años, logrando establecerse e invadir, amenazando la biodiversidad, la salud, la producción y los servicios.
El ingreso de estas dos especies en San Juan es un tema de preocupación oficial por el impacto que tendría en el ecosistema autóctono, como ya ha pasado en la vecina provincia. En el caso de estos pájaros, que son de los más agresivos conocidos y suelen depredar a otros alados. Por su parte, la ardilla come frutos y es una amenaza a la uva en particular.
“Es un ave que termina siendo simpática porque es un animal que repite sonidos. No habla como un loro, pero sí repite sonidos”, apuntó sobre el estornino.
En 2015 algunos estorninos fueron avistados en las Lagunas de Guanacache y eso encendió el alarma entre las autoridades de esa época.
Santori afirmó que “entendemos que el control que puede llegar a hacer la provincia de Mendoza va a impedir que el animal ingrese a San Juan. De todas maneras, hemos reforzado los ingresos de San Juan a Mendoza para evitar que lo traigan”. No obstante, el ave puede ingresar volando.
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El estornino pinto es un paseriforme que anida en cavidades, nativo de Eurasia y el norte de África, y ha invadido Oceanía y América del Norte, Central y del Sur. En esta última región, la invasión es relativamente reciente ya que los primeros registros datan de principios de los años ‘80 en la ciudad de Buenos Aires.
“Lo que está haciendo Mendoza es justamente el control de la población en esa provincia. Con ese control sería suficiente para que no llegara a San Juan. Pero esto no quita que algún vivo se traiga un estornino o una ardilla de Mendoza y la traiga a San Juan y después la largue en la Quebrada de Zonda. Entonces, ahí sí vamos a tener un problema. Por eso, en ese control de que las personas no traigan animales que no son de la provincia, lo hemos reforzado para evitar estas situaciones”.
En San Juan, dijo el funcionario, ni productores, ni asociaciones proteccionistas, ni asociaciones observadoras de animales han logrado identificar la presencia reciente de estorninos en la provincia. “Hemos puesto en alerta a todos para que nosotros podamos actuar rápidamente”, recalcó.
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