Un asado tibio y muy pocas promesas | Milei solo cenó con los cuatro gobernadores peronistas
El gobierno nacional, a sabiendas de que tiene bloques muy pequeños en ambas Cámaras del Congreso, intenta reforzar su vínculo con los gobernadores. La idea del presidente Javier Milei es seguir gobernando a base de decretos y vetos y, por eso, el apoyo de los mandatarios provinciales es central. Uno de los temas que más preocupa a la Casa Rosada, entre otros, es la idea de la oposición de avanzar con un proyecto para modificar la ley de DNU. Necesita el apoyo de los gobernadores, entre otras cuestiones, por si tiene que firmar un nuevo veto. Con eso en mente, y con la idea de seguir recortando a las provincias, el Presidente recibió la noche del lunes en la Quinta de Olivos a cuatro gobernadores peronistas y panperonistas y este jueves, el jefe de gabinete, Guillermo Francos, recibirá a otro grupo en Casa Rosada. También tienen como eje central la aprobación del Presupuesto 2025.
El lunes Milei cenó con Osvaldo Jaldo, de Tucumán, Raúl Jalil, de Catamarca, Hugo Passalacqua, de Misiones y Gustavo Saénz, de Salta. Les prometió poco, les agradeció el respaldo a los vetos en contra de los jubilados y las universidades –para los que colaboraron con ausencias, abstenciones y votos a favor de sus diputados– y, además, les hizo una advertencia: les adelantó que la situación económica se puede “desestabilizar”, y que todo puede empeorar.
El jueves, en tanto, Francos recibirá a otro grupo de gobernadores, esta vez, de Juntos por el Cambio. Lo hará junto a Lisandro Catalán, titular de Interior, y será un almuerzo con empanadas. Ese mismo día, pero en Neuquén, se reunirán los gobernadores que forman parte de la región del Litoral. Allí irán Maximiliano Pullaro, de Santa Fe; Gustavo Valdés, de Corrientes; Gildo Insfrán, de Formosa; Leandro Zdero, de Chaco y Rogelio Frigerio, de Entre Ríos. Es decir, es posible que los gobernadores que vayan a Rosada no sean ninguno de ellos.
El presupuesto 2025, por supuesto, es otra de las prioridades que tiene el oficialismo para trabajar con los gobernadores. También con ese objetivo seguirán las reuniones con los bloques aliados de la cámara de Diputados en los próximos días. Más allá de esos diálogos y de las negociaciones para que se apruebe la Ley de Leyes, cerca del Presidente fingen desinterés y dicen que si los diputados y senadores no lo quieren aprobar no les significaría un problema porque seguirían ejecutando a su antojo el presupuesto de 2023.
El asado de lunes
El asado de Milei con los gobernadores el lunes por la noche estuvo tibio. El mandatario habló mucho de economía, planteó que la situación “es delicada”, y les agradeció el respaldo que le dieron para blindar el veto en contra de la ley de financiamiento universitario. Jalil, por ejemplo, aportó la ausencia de una de sus diputadas, Fernanda Ávila (secretaria de Minería durante el gobierno de Alberto Fernández), Jaldo hizo que los tres diputados que le responden –y que forman parte del bloque Independencia– voten a favor, Sáenz aportó dos votos a favor de la ley y una ausencia de último momento y Passalacqua ordenó la abstención de sus cuatro diputados.
El Jefe de Estado intentó arengarlos y convencerlos de que lo que hicieron para ayudarlo a blindar su veto estuvo bien y les dijo que anular esas leyes era necesario para sostener el déficit cero ya que, según su visión, “una vez que se abre una puerta no se cierra más”. Milei les dijo que si concedía la movilidad jubilatoria después iba a tener que conceder también el aumento para las universidades y más tarde “otro y otro tema”. Entonces, por eso, explicó que la decisión es no aceptar ninguna ley de ese tipo.
Además del Presidente y su hermana, la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei, estuvieron en el asado el jefe de gabinete, Guillermo Francos y el titular de Interior, Lisandro Catalán. Francos, según contaron los comensales, se limitó a repetir lo que decía el Presidente y Karina aportó algunos comentarios, pero muy poco porque el protagonismo lo tomó Milei.
Antes de la medianoche Milei dio por terminado el encuentro con los gobernadores porque empezaba su cumpleaños número 54, que festejó con sus más cercanos en Olivos y después en la Casa Rosada con sus ministros. Antes de eso, sin embargo, les prometió a Jaldo, Jalil, Sáenz y Passalacqua que se volverán a encontrar. Dos de los mandatarios provinciales que visitaron al Presidente el lunes por la noche, ya habían sido criticados por la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner: Jaldo y Jalil. Ella los acusó de ejercer “transfuguismo político”, por ser elegidos con las listas de Unión por la Patria y, una vez en el poder, votar a favor del oficialismo.
Los gobernadores que asistieron a Olivos intentaron justificar su presencia en el asado. Sáenz, por ejemplo, dijo que “no vamos a festejar nada, sino a hablar de los problemas de nuestras provincias. Creemos en el diálogo y es una reunión de trabajo”, y otros explicaron que asistieron porque “necesitan gobernar y contener los problemas de sus provincias”. Más allá de las promesas y los agradecimientos de Milei, varios de ellos reclamaron que, si bien algunas obras “retomaron la actividad”, eso no es suficiente. El Presidente se comprometió a avanzar con más obras, pero, se quejan los gobernadores, no les dio precisiones.
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