El acuerdo en Aerolíneas que frena, por ahora, la embestida privatista | Las asambleas de los gremios aeronáutico aprobaron la nueva pauta salarial
El conflicto entre los gremios aeronáuticos y la conducción libertaria de Aerolíneas Argentinas se ha disipado, al menos por ahora. En ese sentido, el acuerdo alcanzado deja a las partes ciertamente satisfechas. Los sindicatos lograron un incremento salarial que se les venía negando sistemáticamente y la paz alcanzada le permite al gobierno mostrarse conforme ya que no podía continuar con la amenaza de la privatización porque carece de los votos en el Congreso. Incluso el tan cacareado procedimiento preventivo de crisis se quedó a nivel de declaraciones flamígeras de algunos funcionarios. Eso no quiere decir que si cambian las condiciones el gobierno retome su intento de desguace de la línea aérea de bandera. En cuanto a los porcentajes de aumento salarial, el gobierno difundió que se trata de un 16 por ciento. Un porcentaje que, superado los vericuetos de la composición del salario, puede trepar algo más del doble de lo que se declama.
Las negociaciones fueron duras y extensas. El último día fueron más de 13 horas de reuniones donde se logró un acuerdo entre la empresa con los representantes de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) que lidera Pablo Biró, la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) conducida por Juan Pablo Brey y la Asociación del Personal de Líneas Aéreas (APLA) con Edgardo Llano al frente. El acuerdo luego fue ratificado por sendas asambleas de los sindicatos, donde se repasaron los puntos de lo firmado con Aerolíneas. Cada uno de los gremios fue aprobando lo conseguido y el gobierno respiró ya que tiene garantizada la tranquilidad sindical hasta el fin de la temporada estival.
El gobierno se jactó luego de terminar con supuestos privilegios de los trabajadores, la clase social a la que la gestión libertaria ataca y flexibiliza desde el primer día que llegó a la Casa Rosada. Por caso, el vocero Adorni aseguró que se dispuso el “fin de los privilegios de la casta aeronáutica”.
El secretario de Transporte, Franco Mogetta, fue menos temerario y prefirió decir que este acuerdo les permitirá mejorar las condiciones para vender la empresa aérea de bandera. “No hay dudas de que habrá más interesados en comprarla”, aseguró sin dar pistas de que haya empresas buscando quedarse con la línea de bandera.
La conducción de los gremios decidieron no hablar, ni opinar. Le dejaron los micrófonos a los funcionarios libertarios y aprovecharán este tiempo para recuperar energía ya que entienden que esta disputa tendrá otros capítulos. El presidente Javier Milei cada vez que puede afirma que quiere privatizar o vender Aerolíneas. En este tiempo decidió pisar cualquier negociación salarial para que las medidas de fuerzas de los sindicatos le sirvieran para profundizar su prédica privatista.
Hubo al menos dos elementos que dejaron al gobierno sin posibilidades de avanzar con la destrucción de Aerolíneas. Por un lado fue el cambio de táctica de los gremios, con más cercanía a la población en general y los pasajeros en particular. Pero también la falta de votos en el Congreso para avanzar en una ley que declare a la empresa sujeta a privatización. El recurso del procedimiento preventivo de crisis tampoco avanzó. La ley obliga al Estado a tener que acordar con los gremios.
Ahora bien, entre lo que el gobierno dijo que los sindicatos cedieron está el fin del uso de lo que llaman “pasajes vacacionales” que, según la empresa, eran usados por los pilotos y sus familias en la clase ejecutiva.
También indicaron que tanto pilotos como los tripulantes de cabina reemplazarán el remís que los buscaba en sus domicilios por un esquema de viáticos que se implementará una vez que finalice la temporada alta de verano, esto es marzo del próximo año. El cambio incluye la consideración de cuándo comienza el horario laboral. Hasta ahora, tanto para pilotos como para la tripulación, el inicio se computaba desde el momento en que se subían al remís. El gobierno dice que ahora será computado una vez que ingresen a los aeropuertos.
En relación a cambios relativos a la eficiencia y productividad pretendido por la empresa, la conducción libertaria de Aerolíneas dijo que los mecánicos y el personal de rampa podrán ser movidos entre hangares y líneas de trabajo de acuerdo a la necesidad de personal. También indicaron que se incluyeron incentivos orientados a aumentar las horas de vuelo de pilotos y tripulantes, quienes percibirán mejores salarios cuanto mayor sea su tiempo efectivo de operación.
De todas formas, hay protocolos internacionales que Aerolíneas debe respetar a la hora de subir un piloto y su tripulación a cualquier avión. Son, en general, protocolos de seguridad muy estrictos y que puntúan a la aerolíneas en los ranking internacionales.
Lo quedó en claro, que la extensión del conflicto fue responsabilidad exclusiva del gobierno porque en su afán de justificar la venta de la empresa, no habilitó la negociación salarial para generar la reacción sindical. También es cierto que, a diferencia de otros momentos políticos, la oposición al gobierno no fue solidaria con los gremios.
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