Un uzbeko contratado por Ucrania habría matado al general ruso | A cambio de 100 mil dólares y un pasaporte de la Unión Europea
Las autoridades rusas informaron ayer la detención del autor material del atentado en el que fue asesinado el teniente general Ígor Kirílov, jefe de la Defensa Radiológica rusa, el pasado martes. Según el comunicado del Comité de Investigación (CIR) ruso, el arrestado es un ciudadano de Uzbekistán que confesó haber sido reclutado por los servicios secretos de Ucrania, que le habrían proporcionado los explosivos utilizados en el ataque a cambio de dinero y una residencia en la Unión Europea.
El perpetrador, cuya identidad no fue revelada, fue detenido en una aldea a 30 kilómetros al este de Moscú más temprano ayer, bajo “sospechas de haber cometido el ataque que se cobró la vida del comandante de las fuerzas radiológicas, químicas y biológicas de defensa rusas, Ígor Kirílov, y su asistente, Ilya Polikarpov”, como resultado de una serie de medidas operativas y de investigación coordinadas entre el CIR y el Ministerio del Interior ruso. Mientras tanto, en el lugar del atentado, varios ciudadanos rusos dejaron flores en homenaje a los militares muertos en el atentado.
Asesinato por ciudadanía
Según la confesión que trascendió en el informe, el uzbeko, de 29 años, fue “reclutado por los servicios especiales ucranianos y, siguiendo sus instrucciones, llegó a Moscú, donde recibió un explosivo de fabricación artesanal de alta potencia y lo colocó en un patinete eléctrico que aparcó cerca de la entrada de la casa de Kirílov”.
Para vigilar el domicilio del general, el detenido habría alquilado un coche compartido en el que instaló una cámara de video conectada a internet, desde donde transmitía imágenes “en tiempo real a los organizadores del atentado, a la ciudad de Dnipró”, a más de 1300 kilómetros de distancia, de acuerdo con la investigación del Servicio Federal de Seguridad (FSB).
El CIR concluyó que, una vez que el detenido vió la imagen de los militares saliendo del portal del edificio, detonó la bomba a distancia, matando a Kirílov y a su ayudante. Según el testimonio que dio tras su detención, los servicios secretos ucranianos le prometieron “una recompensa monetaria de 100 mil dólares estadounidenses y vivienda en un país de la Unión”, detalló el CIR en su informe.
El hombre fue puesto bajo custodia, y “se expone a una sentencia de cadena perpetua” por los crímenes de perpetrar un acto terrorista, asesinato, producción y posesión ilegal de explosivos, según especificó el FSB. Además, las autoridades rusas apuntaron a que los oficiales de los servicios especiales ucranianos implicados en la organización “serán hallados y recibirán el castigo que se merecen”.
En tanto, el canal de Telegram Baza, considerado próximo a los servicios especiales rusos, difundió un vídeo del supuesto interrogatorio al autor del atentado, en el que un hombre, de nombre Akhmad Kurbanov, confiesa que fue reclutado por los servicios especiales de Ucrania para asesinar al general ruso..
“Métodos terroristas”
Según recuenta la agencia rusa de noticias TASS, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, atribuyó el asesinato a Ucrania, reivindicando la postura inicial de Moscú, y alertó que el país está “luchando contra un régimen nazi al que tendrá que seguir haciendo frente”. El vocero también enfatizó que este tipo de atentados solo refuerzan la postura del Kremlin respecto a la “necesidad de la operación militar” en territorio ucraniano.
Peskov señaló que, aunque pasó poco tiempo desde que se perpetró el ataque, las autoridades lograron recopilar “bastante información” alrededor de los hechos, a la vez que destacó que el trabajo de los servicios secretos rusos fue crucial para la resolución del caso, y expresó su confianza en que el sistema de justicia actuará con firmeza.
El vocero destacó que la acción conjunta de las autoridades rusas son reflejos del “compromiso de Rusia con su seguridad nacional”, frente a un enemigo dispuesto a cometer atentados de esta magnitud. “Está claro quién encargó este acto de terrorismo. Y se demuestra una vez más que el régimen de Kiev no se priva de métodos terroristas”, declaró Peskov ante la prensa.
En este sentido, el funcionario recordó que Kiev es el “cliente” que contrató los servicios del autor del atentado, insistiendo en que este tipo de “métodos de trabajo no son ajenos a las autoridades ucranianas”, a la vez que explicó que la Inteligencia rusa y las fuerzas de seguridad están trabajando para investigar el caso con la esperanza de llevar a los responsables ante la justicia.
Retribuir
La muerte de Kirílov, vocal denunciante de los usos de armamento ilegal por parte de Ucrania, es parte de una serie de asesinatos selectivos contra figuras de las fuerzas rusas vinculadas a la guerra, los cuales el Kremlin denuncia como actos de terrorismo, mientras que las autoridades ucranianas consideran que son justificados por su involucramiento en la contienda.
El pasado 13 de noviembre, fuentes cercanas a las autoridades ucranianas se atribuyeron la muerte de un capitán de la Marina rusa, Valery Trankovsky, y la de uno de los jefes del sistema penitenciario del país en ataques con bombas separados, según reportó RF/FL.
Trankovsky, comandante de la 41º brigada de la flota del Mar Negro –involucrada en el lanzamiento de misiles de mediano alcance, murió a raiz de la explosión de un autobomba en la ciudad de Sevastopol, en la zona de Crimea, terreno anexado por Rusia.
Es también la segunda vez en este año que Rusia denuncia un ataque en Moscú como un acto de terrorismo vinculado a la actividad ucraniana. En marzo, hombres armados atacaron una sala de conciertos de la capital, matando a más de 130 personas. Tras el ataque, las autoridades capturaron a cuatro hombres provenientes de Tayikistán– también en Asia Central- que huían hacia Ucrania.
En ese entonces, funcionarios rusos afirmaron que los sospechosos tenían vínculos con agencias de inteligencia ucranianas, aunque Kiev negó su participación en el atentado. Poco después, una filial del grupo extremista Estado Islamico, tomó responsabilidad del atentado.
Tensiones en aumento
Mientras tanto,el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se reunió este miércoles con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, para discutir la situación de la guerra. Poco antes del encuentro, Rutte dijo ante los medios que la prioridad del momento era proporcionar a Ucrania armas y recursos para que el país se sitúe en una posición de fuerza de cara a posibles negociaciones.
El gobierno ucraniano, que siempre ha negado radicalmente la idea de una negociación de paz con Rusia, intensificó su presión para ser admitida de inmediato como parte de la organización, para poder mejorar sus posibilidades en un eventual acuerdo de paz entre ambos países.
Aunque Ucrania no ha comentado sobre la detención hasta el momento, la autoría del atentado ya fué reclamada por los servicios especiales de Ucrania el mismo día del atentado, según fuentes del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) citadas por las agencias ucranianas de noticias Ukrinform y UNIAN, que afirmaron que Kirílov “era un criminal de guerra” y “un objetivo absolutamente legítimo, porque ordenó el empleo de armas químicas prohibidas contra los soldados ucranianos”, aunque no aludieron a sus métodos.
El ataque, que Moscú investiga como un caso de terrorismo, fué ejecutado un día después de que el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) imputara a Kirílov por su supuesta responsabilidad en el uso de armamento químico en el país. El atentado exacerbó aún más las tensiones entre ambos países, que se encuentran en guerra abierta desde hace casi tres años.
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