Biden le pidió a Netanyahu un alto al fuego en Gaza | Tras el bombardeo contra un convoy de una ONG humanitaria
El presidente estadounidense, Joe Biden, pidió este jueves al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, un alto al fuego en la Franja de Gaza tras el bombardeo contra un convoy de una ONG humanitaria, en el que murieron siete de sus voluntarios. Horas antes, Netanyahu señaló ante su gabinete que Israel, que está en alerta máxima ante una posible represalia iraní, se defenderá si es atacado.
Según indicó la Casa Blanca en un comunicado, Biden subrayó en una llamada al premier israelí que “un alto el fuego inmediato es esencial para estabilizar y mejorar la situación humanitaria y proteger a los civiles inocentes”. En ese sentido, le avisó que el futuro apoyo de Estados Unidos a la guerra en Gaza dependerá de las acciones concretas que tome Israel para minimizar el daño a civiles y garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios.
En una rueda de prensa al término de la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN que se celebró Bruselas y tras la llamada de Biden, el secretario de Estado, Antony Blinken, afirmó: “El cien por cien de la población de Gaza necesita ayuda humanitaria y quienes la proporcionan lo hacen poniendo en grave peligro sus propias vidas. El incidente de World Central Kitchen (WCK) no fue el primero, pero debe ser el último”.
La llamada entre el mandatario demócrata y el premier de Israel fue el primer contacto directo entre ambos desde el ataque que el 1 de abril acabó con la vida de siete cooperantes de WCK, la ONG fundada por el chef español José Andrés. Las palabras de Biden suponen un endurecimiento de tono, aunque ya en los últimos meses se ha mostrado crítico con la estrategia militar israelí en el territorio palestino.
La ayuda armamentística, intacta
Sin embargo, en la práctica, su Gobierno no modificó el apoyo que brindó a Israel desde el inicio del conflicto. De hecho, este mismo jueves, el diario The Washington Post informó que EE.UU. aprobó el lunes –el mismo día que se produjo el ataque contra WCK– un nuevo paquete de armamento a Israel que incluye 2.000 bombas de pequeño y mediano diámetro.
La Casa Blanca defendió este envío. “Con la excepción de los dos meses inmediatamente posteriores al ataque, en realidad no hemos enviado ayuda de emergencia ni asistencia militar a Israel”, dijo el portavoz de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, en una conferencia de prensa.
En este sentido, sostuvo que muchas de las ventas a Israel no están ligadas al conflicto con el grupo islamista Hamas y mencionó que “gran parte de ese material ya se había notificado al Congreso estadounidense hace muchos muchos meses, sino años. “Enfrentan amenazas activas en toda la región, incluido Irán, y Estados Unidos todavía tiene un compromiso férreo de ayudar a Israel en su autodefensa”, resaltó.
Mientras tanto, las muertes en el enclave siguen creciendo. Según el último balance del Ministerio de Sanidad gazatí, la cifra total de muertos ascendió a 33.037 –la mayoría mujeres y niños– y a 75.668 los heridos, en el marco de la campaña de bombardeos de Israel contra la Franja, en represalia por el ataque terrorista de Hamas el pasado 7 de octubre que mató a alrededor de 1.200 personas y tomó 240 rehenes. Además, la cartera estima que al menos 8.000 personas siguen bajo los escombros donde los equipos de rescate no pueden llegar por la intensidad de los bombardeos o porque no pueden localizarlos.
“A quien nos haga daño, le haremos daño”
En paralelo a la guerra en la Franja de Gaza, Israel se puso en estado de alerta máxima ante la amenaza a su seguridad por una posible represalia de Irán tras el ataque atribuido al Ejército israelí contra el consulado iraní en Damasco, que mató a 13 personas, entre ellas siete guardias revolucionarios iraníes.
“En los últimos seis meses hemos estado en una guerra en múltiples frentes. Estamos en alerta máxima en todos los ámbitos. Estamos observando las amenazas y frustrándolas todo el tiempo, en varios frentes, y estamos en un alto nivel de preparación para la defensa y el ataque”, aseveró en rueda de prensa el portavoz castrense, Daniel Hagari.
El Ejército israelí suspendió los permisos de vacaciones a todas las tropas “tras una nueva evaluación de seguridad”, el mismo argumento con el que el miércoles incrementó el personal y el número de reservistas que sirven en las fuerzas aéreas. “Las Fuerzas de Defensa de Israel están en guerra y la cuestión del despliegue de fuerzas se revisa constantemente según sea necesario”, indicó un comunicado castrense sobre estas decisiones que despertaron preocupación entre los israelíes.
Los posibles escenarios para los que Israel se estaría preparando incluyen ataques con misiles y drones por parte de grupos respaldados por Irán en el Líbano, Siria, Irak y Yemen, además de ataques con misiles balísticos directamente desde Irán, algo que aún no se ha producido.
A su vez Netanyahu, lanzó un mensaje a Irán: “A quien nos haga daño, le haremos daño. Sabremos cómo defendernos y actuaremos en consecuencia”, afirmó al inicio de una reunión del gabinete de guerra. “Durante años, Irán fue contra nosotros directamente y a través de sus emisarios, y por tanto, Israel fue contra Irán y sus emisarios, defensiva y ofensivamente”, explicó.
Cómo afecta a los ciudadanos israelíes
Las palabras del jefe de la Inteligencia Militar, Aharon Haliva, tampoco ayudaron a calmar los ánimos: “No es seguro que lo peor ya pasó, nos esperan días complejos”, remarcó. Poco después, el Ejército tuvo que aclarar que de momento no hay cambios en las instrucciones para la población civil. “No es necesario comprar generadores, almacenar alimentos y retirar dinero de los cajeros automáticos. Actualizaremos inmediatamente cualquier cambio si es de forma oficial y ordenada”, mencionó el estamento militar en un mensaje a la ciudadanía.
Como medida de precaución adicional, Israel también comenzó a alterar deliberadamente el servicio GPS en el centro del país –en la frontera norte y en las comunidades cercanas a Gaza ya ocurre desde hace meses–, para prevenir posibles ataques con misiles o drones. Los usuarios de aplicaciones de geolocalización, como Waze, de factura israelí, o Google Maps, verán interferencias y se los reconocerá como que se encuentran en Beirut o El Cairo, algo que puede afectar a otras aplicaciones que utilizan esa función, como las de aviso de sirenas antiaéreas, muy comunes en Israel y más en tiempos de guerra.
La tensión regional
El presidente de Irán, Ibrahim Raisi, amenazó a Israel, tras el ataque atribuido a este país. “El ataque no quedará sin respuesta. Los sionistas deben saber que nunca lograrán sus malvados objetivos mediante acciones tan inhumanas”, afirmó. A él se sumó el líder supremo de Irán, Ali Jamenei, que incluso prometió vengarse de Israel por el ataque a Damasco, señalando que Israel “se arrepentirá”, mientras que el embajador de Irán en Siria subrayó que “Israel cruzó las líneas rojas”.
El ataque de Israel el lunes en Damasco es el peor golpe al cuerpo militar de élite tras la muerte de Qasem Soleimani, un general iraní que encabezaba la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria hasta que fue asesinado por Estados Unidos en 2020 en un bombardeo en Irak.
La tensión con Irán se eleva en un momento crítico en la frontera norte, donde el intercambio de fuego entre tropas israelíes y la milicia chiíta libanesa Hezbollah, apoyada por el régimen de los ayatolás, vive su momento de mayor intensidad desde la guerra que ya libraron en 2006. Desde el 8 de octubre, cuando comenzaron las hostilidades, murieron unas 370 personas en la frontera, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hezbollah, que confirmó unas 250 bajas de milicianos, algunas en Siria. Del lado israelí murieron solo 18 personas, entre ellos diez militares.
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