Cada vez hay menos monjas, el análisis sobre la falta de vocación y el impacto en San Juan

Cada vez hay menos monjas, el análisis sobre la falta de vocación y el impacto en San Juan

Es una realidad que se da en el mundo, en el país y San Juan no escapa a eso. Cada vez hay menos mujeres que tienen la vocación de ser religiosas o, como se dice cotidianamente, de ponerse los hábitos para ser monjas. La situación en la provincia viene teniendo fuerte impacto en los últimos años, de hecho, ya hay tareas que pasaron de estar en manos de congregaciones a quedar al mando de laicos. Pero, ¿qué es lo que está pasando?

“Ha bajado la cantidad de mujeres que se consagran, es cierto. Y esto sucede en general con todas las religiosas. Hablamos de las monjas, que son las que tienen vocación de clausura y están adentro de un monasterio, como pasa aquí en San Juan con las Carmelitas de Caucete; pero también de otras religiosas, como sucede con las hermanas del Tránsito, que tienen el colegio ahí en la calle General Acha; las que están en Barreal, que son Carmelitas Misioneras; o las hermanas Salecias, que están en Pocito y se dedican a la pastoral parroquial. Es decir, hay un sinnúmero de congregaciones religiosas femeninas y cada una tiene su carisma, que es su objetivo, el para qué. En todos los casos se repite la misma tendencia”, afirma al respecto en diálogo con Tiempo de San Juan, Gustavo Larrazábal, obispo auxiliar de San Juan de Cuyo.

Los datos confirman la afirmación. Según los números ofrecidos por el Arzobispado San Juan de Cuyo, en la provincia actualmente hay en promedio poco más de 3 religiosas por instituto de mujeres. Esto, teniendo en cuenta que existen en San Juan 15 comunidades, una de los cuales tiene dos sedes, y el total de religiosas que trabajan en ellas hoy es de 50.

La tendencia se da en todo el mundo. El Anuario Pontificio 2022 indicó que había 10.553 monjas menos que en 2019. El número pasó de 630.099 en 2019 a 619.546 en 2020. América experimentó un descenso del -2,8% en el número de mujeres consagradas.

Sobre los motivos por los que se da este cambio en los últimos tiempos, Larrazábal dice que, “creo que el que haya cada vez menos religiosas tiene que ver con la falta de vocación. Las vocaciones evidentemente no abundan. Ahora, el por qué es lo que no es tan fácil determinar o esclarecer”.

Más allá de eso, sostiene: “Sin duda alguna, la sociedad actual no es una sociedad que te invite, en general, a la consagración religiosa. Que un chico o una chica se consagre dentro de la vida religiosa es una opción muy fuerte, una opción muy radical. Y hoy por hoy, no hay una cultura de las opciones radicales. Se ve incluso en el tema del matrimonio, la gente prefiere convivir y decir, ‘bueno, el día de mañana vemos si nos casamos o no nos casamos’. Pero, no hay esa tendencia a hacer opciones definitivas, opciones radicales. Me parece que es un poco eso, que se profundiza en el tema de la consagración religiosa”.

Las consecuencias de la disminución de religiosas en la provincia

En relación a esta nueva realidad, el Padre afirma que hay un impacto fuerte en el funcionamiento de la iglesia y las congregaciones. “El hecho de que la cantidad de religiosas haya ido bajando es evidente. Hay hermanas han ido cerrando obras que tenían en San Juan y otras obras han quedado en manos de laicos. Tenemos, por ejemplo, el Colegio Santa Rosa, en el que había una congregación de hermanas dominicas y, si bien la congregación sigue existiendo en el país, aquí ahora al colegio lo manejan laicos que mantienen la espiritualidad de la congregación”.

Al mismo tiempo, el sacerdote indica que, otro método que se trabaja mucho debido a esta situación de la falta de consagrados, es el de compartir la tarea con laicos en vez de cederla. En este caso menciona el Colegio Orzali, cuyo representante legal ahora es un laico. Sobre esta decisión detalla que, “las hermanas deciden pedir ayuda e ir delegando tareas, porque no saben qué va a pasar mañana y pretenden que la obra continúe. Entonces ahora es muy común esto de lo que se llama la misión compartida. Las congregaciones religiosas han avanzado muchísimo en este tema, y en muchos casos con excelentes resultados”.

El camino hacia los hábitos en San Juan

A diferencia de los hombres, que pueden prepararse para ser sacerdotes en el Seminario de Nuestra Señora de Guadalupe y San José, en Pocito, no hay una institución en la provincia en la que las mujeres puedan estudiar con el fin de ser religiosas. Entonces, ¿cuál es el camino para consagrarse?

Al respecto, Larrazábal indica que, lo primero que hay que hacer es plantearse el deseo de la consagración y, a partir de ahí, la persona tiene que pensar en qué tipo de congregación religiosa les gustaría desempeñarse. “No es lo mismo una congregación que se dedica a la educación, que una congregación misionera, que una congregación monástica”, aclara el obispo.

Una vez que la persona definió esa elección pasa por un periodo de acompañamiento espiritual por parte de alguna persona experta, ya sea una religiosa, un sacerdote, un religioso o un laico capacitado. De ese modo, termina de definir hacia dónde encauzar su vocación. Es en esa etapa en la que se busca una congregación en alguna provincia del país o afuera, en la que la mujer se pueda preparar.

Y qué pasa con los sacerdotes en San Juan

El panorama en el caso de los hombres que eligen estudiar para ser sacerdotes es diferente. Es que, si bien se ha notado una disminución, no ha sido tan extrema como la que se advierte en el caso de las religiosas.

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“En el caso de los sacerdotes la hay una disminución, pero es muchísimo menor. Aquí en la Arquidiócesis de San Juan de Cuyo tenemos una cantidad muy importante de vocaciones, de hecho, en este momento tenemos más o menos unos 24 seminaristas. Para lo que se maneja hoy en día en el país este es un número importante”, asegura Larrazábal.

Y asegura: “Si bien años atrás había más vocaciones, la situación en el caso de los sacerdotes no es tan dramática como en el caso de la vida de las religiosas”.

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