Casa de la democracia o aguantadero de cómplices de genocidas
Con profunda indignación y tristeza nos vemos en la obligación de denunciar que luego de casi dos meses de la “visita” a los genocidas los diputadxs Beltrán Benedit (Entre Rios, organizador del tour, y sospechado de vínculos con el narcotraficante Leonardo Airaldi en Diamante); Guillermo Montenegro (Buenos Aires, dirigente cercano a la vicepresidenta Victoria Villarruel); María Fernanda Araujo (CABA), Alida Ferreyra Ugalde (CABA), Rocío Bonacci (Santa FE) y Lourdes Arrieta (Mendoza)aún siguen en sus bancas.
Parece ser que los intereses que se juegan en esta visita son mucho más de lo que parece y que detrás de esos 6 personajes que ya deberían haber sido expulsadxs de la Cámara, se esconden oscuras intenciones que tienen como finalidad reivindicar el genocidio y a la dictadura que lo llevó a cabo, porque como estamos viendo en estos días de palos, gases, policías impidiendo el ingreso a la Universidad Madres de Plaza de Mayo y represión a la protesta social, es lo que necesita el Gobierno de Javier Milei y sus socios en el Congreso.
Desde el día 11 de julio cuando se conoció la foto de diputadxs y genocidas en el interior de la unidad 31 del penal de Ezeiza, comenzamos a reclamar la expulsión de todxs ellxs porque consideramos que esas personas no podían permanecer ni un día más en la Cámara de Diputados, porque lesionaba de manera indignante el pacto democrático que hace más de 40 años venimos sosteniendo bajo las banderas de Memoria, Verdad, Justicia y el Nunca Más.
Y otra vez, como en otros tiempos, fuimos las Madres, familiares, sobrevivientes de los campos de exterminio, abogados defensores en causas de crímenes de lesa humanidad los que en tres oportunidades prestamos testimonio del horror (otra vez revivir el horror) ante las Comisiones de Diputados y expusimos con dolorosos detalles, no solo lo que eran los genocidas sino los detalles de este plan de impunidad que se venía gestando desde el día mismo que asumió el monstruo de Javier Milei y su vice presidenta Victoria Villarruel, declarada reivindicadora del terrorismo de estado.
Lo sospechábamos por el silencio atronador de todos los diputados del PRO, UCR, CC, los demás bloques de la oposición dialoguista, y por supuesto de la LLA que, así como en la cárcel de Ezeiza se preparaba un plan de impunidad en la Casa de la Democracia se estaba conformando un AGUANTADERO de cómplices de genocidas. Dándole lugar a los que trajeron las manos manchadas de sangre de esa visita y se deleitan mirando por las ventanas del Congreso como la policía de Milei y Bullrich muele a palos a los jubilados y pensionados mientras hablan de los “pobres viejitos presos”.
En la comisión de DDHH y Garantías no nos sorprendió la postura cruel y deshumanizada de su presidenta Sabrina Ajmechet (a quien le recordamos que nosotros no solo no pudimos despedir a nuestros familiares, sino que aún no sabemos dónde están sus restos), luego en la comisión de Petición, Poderes y Reglamento que preside Silvia Lospenato quien nos aseguró que iban a impulsar la creación de una comisión investigadora para determinar las responsabilidades de cada unx de los diputadxs en la visita y en el plan de impunidad preparado y luego se escondió en cuestiones reglamentarias de libre interpretación.
Entonces no podíamos esperar otra cosa de esta reunión plenaria de las comisiones de Petición, Poderes y Reglamento y de Asuntos Constitucionales que preside el también involucrado diputado de LLA Nicolás Mayoraz.
Un renglón aparte merece la diputada Silvana Giudici quien, se enorgullece en privado de haber sido parte del NUNCA MAS y en público protege a los genocidas, como así también la ministra de seguridad Patricia Bullrich, cuya participación fue indispensable para el ingreso a la cárcel de Ezeiza. Ambas están muy próximas a su nuevo destino en LLA.
A los y las diputadas que hoy quieren encubrir este plan de impunidad los hacemos responsables de que volvamos a ver en las calles al cobarde ante las FFAA de Gran Bretaña y torturador de nuestras Madres Alfredo Astiz, al violador serial Mario Marcote (el Cura), al apropiador de niños Juan C. Vásquez Sarmiento o a Raul Guglliarminetti que gracias a la impunidad reinante en los primeros años de la democracia llego a ser custodio de Raúl Alfonsín.
Por eso les decimos el NUNCA MAS es NUNCA MAS, y recurriremos a todas las instancias posibles para que estos personajes y sus socios no sigan manchando de sangre las bancas de la cámara de Diputados. Los militares creían que la impunidad de sus crímenes sería para siempre. Se equivocaron, primero fue el juicio a las Juntas en 1985 y en 2003 se acabó la impunidad y comenzaron los juicios que depositaron en la cárcel a los genocidas, el único lugar que pueden tener en una sociedad democrática. También va a terminar esta época de oscurantismo, de proscripción, de negacionismo y reivindicación del Terrorismo de Estado, y la cámara de diputados volverá a ser la casa de la democracia, donde no tendrán lugar los encubridores de genocidas. Sépanlo señores y señoras diputadas.
* Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Familiares de desaparecidos y detenidos por razones políticas, APDH, APDH La Maranza, Familiares y Compañeros de los 12 de la Santa Cruz, Movimiento Ecuménico por los derechos humanos, Fundacion Memoria Histórica y social de la Argentina, Liga Argentina por los Derechos Humanos, Comisión Memoria, Verdad y Justicia Zona Norte, Buena Memoria.
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