El mensaje de la familia de Lucía Rubiño a los sanjuaninos: “Les pedimos …”
Conmoción en las redes. A pocos días de cumplirse el primer aniversario de la tragedia, familiares de Lucía Rubiño hicieron un pedido mediante posteos. Además, expresaron el dolor del entorno por el recuerdo de la adolescente y del fallecimiento de su hermana Valentina.
“Agradecemos de todo corazón a todos los que nos han acompañado con los corazones blancos, carteles, stickers en los autos y más. Nos hacen sentir acompañados en nuestro dolor. Les pedimos que sigan con ese apoyo, que para nosotros significa mucho más de lo que pueden imaginar”, expresaron. “Gracias por estas con nosotros en este tiempo. Nos dan la fuerza que necesitamos, porque esto recién empieza”, finalizó la publicación.
Por otra parte, manifestaron: “Este mes recordamos a Lucía, a un año de su partida, y a Valentina, en el día de su cumpleaños. Octubre nos duele, nos marca, y nos recuerda que nuestras vidas cambiaron para siempre. Lucía tenía sueños por cumplir, una vida por delante. Todos los días sentimos el peso de su ausencia y el dolor de una justicia que aún no llega”.
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Las últimas novedades del caso
El pasado 6 de septiembre, fuentes judiciales le confirmaron a Tiempo de San Juan que la pericia de la reconstrucción del hecho que se cobró la vida de Lucía Rubiño resultó favorable para Juan Pablo Echegaray y, por ello, el fiscal solicitará el sobreseimiento del joven de 18 años. Tras tomar estado público la novedad, desde la parte querellante cuestionaron duramente la prueba y aseguraron que hubo contradicciones en ella. Ahora, fue la defensa del todavía imputado que recogió el guante, remarcó la exactitud del trabajo de los peritos del Ministerio Público de Mendoza y apuntó hacia el otro conductor.
Sobre la imparcialidad de la prueba, Sandra Leveque consignó que hubo un acuerdo en los puntos que la querella -encarnada por Marcelo Fernádez- pretende cuestionar. Incluso, destacó que existió una reunión virtual de los peritos y las partes, donde prestaron conformidad con la planimetría y las mediciones tomadas por los peritos. Resaltó, además, que se compartió información de la cual los peritos de la querella también estuvieron de acuerdo.
“Existen cuatro pericias coincidentes, dos de parte, una del Complejo Científico Forense de San Juan y otra del Ministerio Público Fiscal de Mendoza que avalan la tesis por la cual Juan Pablo Echegaray no tiene vinculación con el suceso que terminara con la vida de Lucía Rubiño”, señaló la letrada al mismo tiempo que agregó: “Incluso, la de la parte querellante tiene coincidencia en cuanto a que quien invadía el carril de Echegaray era el joven M.”.
En ese marco, manifestó las diferencias en las que su cliente y el chico investigado en la Justicia de Menores se desplazaban. Sobre el conductor del Renault Sandero sostuvo que “la velocidad en la que éste conducía superaba el límite reglamentario ampliamente, mientras que Echegaray circulaba a 24 km/h -en la Toyota Hilux- y en proceso de desaceleración”.
Al respecto, continuó: “M. pudo retomar su carril o circular por la banquina, lo cual no hizo justamente por su propia falla. La animación que la parte querellante presenta es bastante rústica, no cuenta con detalle de ángulos, mediciones, visión desde los conductores. Además de quedar claramente evidenciada la exagerada maniobra que le pretende atribuir a Echegaray, lo cual no encuentra coincidencia con la reconstrucción que se hizo en el mes de julio”.
Con el objetivo de marcar la diferencia entre un imputado y otro, Leveque aseguró que su defendido siempre colaboró con la investigación en todo momento y hasta fue el único en declarar. “Creo que la tesis de la invasión de carril solo tuvo asidero en la teoría de la defensa del menor, quien contrariamente a mi asistido jamás dio una explicación”, lanzó y siguió: “Echegaray se sometió al proceso y lamentó el hecho, no contestando agravios ni él ni su familia, respetando el dolor de la familia de Lucía, pese a los constantes ataques a través de redes y medios de comunicación”.
En ese sentido, recordó que el chico que sería sobreseído en lo inminente puso su teléfono a disposición, lo mismo que la camioneta y declaró ante el fiscal “aportando prueba que es de importancia”.
También apuntó hacia la querella y disparó: “Entiendo que el querellante puede no compartir los resultados, pero catalogar que faltó rigor científico es totalmente infundado. Reitero: cuatro pericias, incluso la quinta del querellante en algunos puntos, coinciden con la falta de intervención de Echegaray”. Asimismo, argumentó : “Nosotros los sostuvimos desde el principio de esta investigación. Comprendo que pueden existir otros intereses que van más allá de descubrir la verdad. Solo veo ataques a Juan Pablo Echegaray, perdiendo de foco quién sería el verdadero responsable”.
Fuentes allegadas al caso señalaron que la razón por la que el vehículo que impactó y acabó con la vida de la adolescente de 16 años o fue usado en el peritaje, y en su lugar se utilizó un Renault Clio de similares características, fue porque el Renault Sandero que protagonizó la tragedia -por temas de compañías de seguro- fue “desguazado”. Por esa cuestión, los peritos no habrían podido observar al rodado original y los daños que sufrió. No obstante, existió un informe -que se hizo en los primeros días de investigación- de la Justicia de Menores que ofreció detalles de su estado.
En contraposición a ello, la camioneta de Echegaray sí formó parte de la reconstrucción. Previamente había sido verificada en un taller por las autoridades, las que constataron que se mantuvo en el mismo estado. Es por ello que frente al sostenimiento de la acusación por el artículo 193 bis, que refiere a las picadas, la defensora aclaró: “No era una camioneta modificada ni potenciada para correr picadas, tenía cubiertas comunes, faros comunes y es la versión base de la Toyota Hilux”.
Por otro lado, en cuanto al supuesto perfil de Echegaray al que hizo mención la querella en una publicación de este diario, Leveque profirió: “La propia perito formuló aclaraciones mencionando que no realizaba una pericia psicológica de Echegaray, que ni siquiera lo había entrevistado ni leído su declaración en el legajo. Sólo infería ciertos rasgos que eran comunes a los adolescentes, no refiriendo ni imputando a Echegaray porque ella no podía determinar, sino inferir”.
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