El músico de Los Puneños, más grave: también padece neumonía y su familia espera un milagro
Novedades sobre el estado de salud del integrante de Los Puneños que el pasado jueves sufrió una descompensación en el Auditorio Juan Victoria. Los familiares de Sergio Olivera brindaron datos poco alentadores sobre el cuadro del integrante del grupo folclórico. Este lunes informaron que el hombre de 59 años también padece neumonía. Esperan un milagro y pidieron cadenas de oración.
“Queremos informar que papá continúa en estado crítico y se sumó una neumonía. Continuamos pidiendo sus oraciones de fé para lograr un milagro en su salud. Agradecemos de corazón a cada una de las personas que están preocupados por papá y pidiendo con fé por su sanación”, expresaron los hijos de Olivera en el perfil de Facebook del músico, en una publicación emitida minutos antes de las 14 horas de este lunes.
Embed – Buenas tardes Queremos… – Sergio Alejandro Olivera
El caso
Olivera estaba en el lugar porque Los Puneños habían organizado un festival de coros al que asistieron cantantes de todo el país y fue en ese evento que se descompensó. Las primeras informaciones hablaban de que a Olivera le dio un infarto e, inclusive, estuvieron unos 20 minutos practicando maniobras para reanimarlo y poder trasladarlo al Hospital Guillermo Rawson. En las últimas horas del jueves, se supo que el músico fue un Accidente Cerebro Vascular (ACV) y que está en coma inducido.
Sergio Olivera forma parte del grupo junto a Ernesto Guardia, José Antonio “El Nene” Fernández y “El Negro” Ochoa. Antes de sumarse a Los Puneños, Olivera trabajaba como taxista y dio una nota a Tiempo de San Juan en la que contó por qué siempre le gustó la música.
“Como cantar, digamos que canto desde chiquito. Mis padres y mis abuelos maternos participaron en un coro de la iglesia y cada vez que tenían ensayo mi hermana y yo íbamos. Los escuchábamos cantar y jugábamos a cantar también. Cuando mi hermana tenía 9 años y yo 10, mi abuelo decidió regalarnos una guitarra a cada uno y encontró a unos tres kilómetros de donde nosotros vivíamos un profesor. Era un santiagueño y se llamaba Juan Medina. Don Carlos, mi abuelo, a pesar de tener una hernia de disco que lo llevaba a mal traer, nos acompañaba ida y vuelta tras veces a la semana que para nos dieran clases de guitarra”, contó en esa entrevista a este medio, realizada en marzo de 2024.
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