El recuerdo de “un tipo que se jugó la vida” | En el barrio de Almagro reinstalaron la baldosa en homenaje a Silvio Frondizi
“Fue un tipo que se jugó la vida”, dijo Horacio Tarcus sobre el abogado e intelectual marxista Silvio Frondizi, asesinado junto a su yerno Luis Mendiburu en 1974 por una patota de la Alianza Anticomunista Argentina (Triple A). Ayer, la agrupación Barrios x Memoria y Justicia reinauguró la placa en homenaje a Frondizi, en la puerta del que fuera su domicilio, en la ciudad de Buenos Aires.
“Colocamos baldosas donde transitaron los desaparecidos y asesinados antes y durante el terrorismo de Estado, desde el año 2006. Una de las primeras baldosas que colocamos fue esta, en homenaje a Silvio Frondizi y Luis Mendiburu, en el año 2007”, afirmó en diálogo con Página/12, Marisa Munczek, integrante de la agrupación de derechos humanos. Mendiburu se encontraba junto a Frondizi en su casa el 27 de septiembre de 1974 ubicada en la entonces calle Cangallo (hoy Presidente Perón) al 4400, cuando la patota de la Triple A ingresó. Al intentar evitar su secuestro, fue asesinado por los matones.
Munczek relató que desde hace tiempo venían recibiendo pedidos para rehacer la placa, que se encontraba deteriorada por el paso del tiempo. “Se nos acercó una mujer, que fue compañera de él y lo conoció personalmente, llamada Susana, y también por indicación del hijo Julio, que vive en Italia y nos organizamos”, relató.
Una de las personas que se hizo presente en el homenaje fue Horacio Tarcus, historiador, docente e investigador vinculado a la corriente de izquierda en la Argentina, quien destacó “la elección de vida que hizo Silvio, como curioso, renovador del marxismo, que discutía con el marxismo dogmático de su tiempo”, dijo frente a algo más de un centenar de personas que se acercó .
Tarcus destacó la trayectoria académica que tuvo Frondizi, quien estaba “entregado a la docencia, preparando sus clases, escuchando a sus alumnos. Hay muchisimos testimonios de que fue un gran profesor”, aseguró, y destacó su militancia política. “Fue un formador de una generación de izquierda que pasó por sus clases pero también por su organización política y por los grupos de estudio y lectura que él organizaba”.
El historiador también destacó la trascendencia del pensamiento de Frondizi dentro de los debates de la izquierda en aquella época. “Él pensó cosas muy originales, habló de movimientos sociales cuando era algo raro, nadie hablaba en la década del ‘60 de movimientos sociales por fuera o más allá de los partidos políticos. Habló de la globalización cuando todavía no tenía ese nombre; decía que después de la etapa imperialista del capitalismo había una etapa de integración mundial”, sostuvo. “Se estaba anticipando a pensar fenómenos contemporáneos con una gran autonomía, autoridad, inteligencia”.
Tarcus hizo referencia a la importante actividad que llevó adelante Frondizi como defensor de presos políticos. “Fue un tipo que se jugó la vida y sabía que se la jugaba. Hay un montón de testimonios de compañeros que he recogido que le decían ‘andate del país’, recibió amenazas, le pusieron bombas en su estudio, y él creyó que su misión era la de combatir hasta el final, sin importarle los riesgos de su vida”, recordó.
Frondizi, hermano del presidente Arturo Frondizi, fue también junto a su yerno abogado de presos políticos vinculado al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). Simpatizante de la Revolución Cubana desde su triunfo en 1959, fue fundador del Grupo Praxis, movimiento juvenil vinculado al marxismo que formó una gran cantidad de cuadros militantes revolucionarios de la época. También dio clases en la Universidad Nacional de La Plata.
El cuerpo de Frondizi fue encontrado en un descampado de Ezeiza, donde lo fusilaron con más de 50 balazos. Horas después, un comunicado del escuadrón anticomunista informó que el cuerpo del “traidor de los traidores” había sido tirado en aquella localidad de la Provincia de Buenos Aires. El masivo velatorio de Frondizi se realizó en el aula magna de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
Informe: Juan Pablo Pucciarelli
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