El testimonio del cura sanjuanino que tuvo un terrible accidente y salió ileso: “Me cubrió la mano de la Virgen”
Ya lo había vivido. Hace 7 años, el sacerdote jachallero Orlando Sánchez, resultó completamente ileso tras chocar en su auto con un caballo. Ahora, hace 10 días, la ruta volvió a ubicarlo al borde de la tragedia. Por mera casualidad, justo cuando iba conduciendo por Ruta 40, dos ruedas de un camión salieron disparadas y fueron a dar de lleno contra su auto. El vehículo siguió avanzando tras el impacto, pero el cura logró dominarlo hasta que las ruedas quedaron inmóviles, bajó casi sin pensarlo y fue entonces que notó que salía humo del capot. Tuvo la fortaleza de tomar el matafuego y apagar las llamas. Entonces se dio cuenta: no tenía un rasguño. “Si uno ve cómo quedó el auto se da cuenta de que fue un milagro. Yo siento que me cubrió la mano de la Virgen. Y también, la mano de mi madre”, cuenta ahora a Tiempo de San Juan.
Si bien actualmente se desempeña en San Martín, el padre Orlando es de Jáchal. Allí viven sus padres, quienes tienen 83 años. Entonces, todos los fines de semana viaja a su departamento para cuidarlos. El pasado 8 de mayo, salió muy temprano desde allí hacia Capital, para la llegar a la Iglesia Catedral a las 8, con la misión de participar de la celebración de la Virgen de Luján.
“Era la madrugada, estaba oscuro. Pasando Talacasto, a la altura de Matagusano, vi que pasó un camión semirremolque de tres ejes. Uno de ellos se desprendió y dos ruedas impactaron de lleno en el frente de mi auto. Todo fue cosa de segundos. Por suerte, reaccionaron todas las medidas de seguridad del auto para protegerme. Se accionaron los airbags y yo pude maniobrar hasta detenerlo, unos 50 metros más adelante. Ahí, vi que se estaba incendiando el motor. Así que saqué el matafuego. Tuve la suerte de estar con todas las facultades necesarias para poder hacerlo”, relata el hombre que, además, es capellán de la Policía Federal.
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Justo en ese momento pasaba otro camión, cuyo conductor se detuvo para ayudarlo a apagar el fuego y correr el auto hacia la banquina. Poco a poco, se fueron sumando otros vehículos que se detuvieron para colaborar. Y también llegó el camionero al que se le habían soltado las ruedas, que se dio cuenta de lo que había sucedido más adelante y decidió regresar.
“Todos me brindaron su afecto, su contención, su ayuda. En ese momento, más que nada necesitábamos comunicarnos con alguien para que llegara la asistencia. Fue un momento crítico, pero lo pudimos abordar bien”, dice el padre Orlando. Pasado el tiempo, llegó personal de Gendarmería y de la Policía Federal, que llevó al sacerdote al Hospital de Angaco. Los médicos sólo debieron estabilizar su presión, que después de semejante trauma se había visto afectada.
Un rezo, la presencia de la Virgen y la bendición de su madre
Si bien todo fue rápido, el sacerdote sanjuanino dice que, en el momento del impacto y los segundos posteriores, muchas cosas pasaron por su cabeza. Y las recuerda una a una. “Yo justo iba pensando mucho en la Virgen de Luján, que justamente es patrona de las Fuerzas Federales de Seguridad. Por eso, en primer lugar, sentí su protección y la de Dios. Pensé en mi familia, en mi parroquia. Recé. Y reviví una experiencia que ya había tenido. Eso me ayudó a mantener la calma para maniobrar”, revela el sacerdote. Y hace referencia al accidente que sufrió en 2017, cuando chocó con un caballo en Niquivil. “El impacto fue similar y el auto reaccionó del mismo modo. Recordé eso”, afirma.
Al mismo tiempo, asegura que, “haber salido ileso es un milagro de la Virgen protectora. Sentí la mano de la Virgen y también, la mano de mi mamá. Ella, siempre, antes de que salgamos a emprender algo o viajar en la ruta, nos bendice. Siempre aconsejo a las mamás que no dejen de bendecir y encomendar a sus hijos a la Virgen. Es un acto de fe muy importante”.
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Y agrega, “para mí fue una experiencia de fe muy grande, porque he experimentado profundamente la presencia de Dios y de la Virgen de Luján ahí, en el momento, y también en el corazón de muchas personas, de mi familia, de mi comunidad y de gente de otros lugares que se han sumado y se han solidarizado. Poniendo todo en mano de Dios y de la Virgen, nuestra vida cobra otro sentido”.
El acento puesto en la seguridad vial
Antes de finalizar, el padre Orlando Sánchez, también se tomó un momento para referirse a las condiciones vinculadas a la seguridad vial. “Más allá de la fe, también hay que destacar a la sociedad la importancia de las cuestiones técnicas. Es importante pensar en la Revisión Técnica Obligatoria, que nos asegura que nuestro vehículo está en condiciones; usar el cinturón de seguridad; y tener todos los elementos de prevención, para mí el matafuego fue muy importante. Todo ayuda en momentos críticos. Lamentablemente no todos los vehículos están en condiciones y uno también se expone a qué medidas toman los demás, pero hay que tratar de mantener todo en orden”, reflexiona.
Y agrega, “también es importante el estado de las rutas. Necesitamos rutas en condiciones para prevenir accidente y, también, para evitar el deterioro de los autos. Otro factor importante es el tema de la comunicación. En un momento así uno puede darse cuenta de lo imprescindible que es el tema de la comunicación. Allí no había señal telefónica y eso retrasa la asistencia. Sé que se están poniendo antenas de emergencia y eso es bueno. Creo que a la altura de la era tecnológica en la que estamos, estas falencias no deberían existir”, cerró al padre Orlando, antes de volver a agradecer a todas las personas que lo ayudaron y se preocuparon por él.
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