En los barrios populares, el 87 por ciento sufre inseguridad alimentaria | Según un relevamiento en 16 provincias
Un relevamiento de la organización Barrios de Pie en barrios populares de 16 provincias argentinas encontró que entre los más pobres, el 87 por ciento de las familias sufre inseguridad alimentaria. Además, en el 61 por ciento de los casos la inseguridad alimentaria es severa, un indicador que se refiere a que, en el mes previo a la encuesta, al menos una persona del hogar tuvo que dejar de comer todo un día por falta de dinero, o sintiendo hambre no pudo comer por falta de recursos.
La encuesta muestra qué cambios han debido hacer las familias por la suba de los precios. Aunque en los últimos meses la inflación se desaceleró, los ingresos de los trabajadores informales no se recuperaron, lo que dejó a las familias de los barrios populares en un escalón más grave de la pobreza.
Por esto, el 81 por ciento consumió menos carne que el año pasado. Otros alimentos recortados fueron los lácteos (el 74 por ciento los compra menos) y las frutas (un 76 por ciento las redujo en su dieta).
Los hábitos de alimentación están cambiando por efecto de la pobreza y la indigencia: entre las familias de los barrios populares, casi la mitad (un 45 por ciento) come carne sólo una vez a la semana. Los que consumen lácteos apenas una vez por semana llegan al 58 por ciento.
La situación se agrava cuantos más niños tenga el hogar, un dato que indica que la política alimentaria impulsada por la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello, concentrada en la Tarjeta Alimentar y la Asignación Universal por Hijo, no llega a compensar la pérdida de ingresos de los más pobres.
Una de las consecuencias de esta situación es el consumo de carnes exclusivamente altas en grasa, es decir, de precios baratos. Por ejemplo, en las familias con más de dos niños, la mitad sólo puede acceder a este tipo de carne de baja calidad, mientras que en las que tienen un hijo este porcentaje baja al 39 por ciento.
El relevamiento tomó una muestra de 3 mil trescientos entrevistados en 16 provincias. En relación al primer semestre del año, la inseguridad alimentaria de las familias está prácticamente igual: no hubo mejoras significativas.
Los encuestadores preguntaron también sobre el endeudamiento de los hogares. Encontraron que en el mes anterior al relevamiento, el 74 por ciento de los consultados habían tenido que pedir prestado para pagar sus gastos. La toma de deudas está directamente ligada a la compra de alimentos. De quienes sufren de inseguridad alimentaria, el 97 está endeudado.
“Esta radiografía muestra un escenario dramático de estabilización de la inseguridad alimentaria, que no tuvo mejoras en relación a la encuesta anterior, que se realizó en marzo”, señaló Barrios de Pie. “Lo que estamos viendo, en cambio, es que se consolida una situación de emergencia alimentaria del 87 por ciento de la población de los barrios populares, que tiene un grado severo en más del 60 por ciento de las familias”.
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