Estados Unidos: Biden lanzó un plan para regularizar a unos 500 mil migrantes | El presidente demócrata hizo el anuncio a menos de cinco meses de las elecciones
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, celebró este martes la creación de un nuevo plan para regularizar a más de medio millón de migrantes indocumentados y señaló que se trata de una medida de “sentido común”. El programa permite que los migrantes que no tienen un estatus legal en EE.UU. y están casados con estadounidenses puedan iniciar el proceso para conseguir un permiso de residencia sin tener que salir del país. La decisión llega a menos de cinco meses de unas elecciones presidenciales en las que la gestión de la migración se convirtió en un tema central para la población.
“Seguir abrazando la migración”
El programa anunciado por Biden se apoya en una figura legal conocida como “parole”, que otorga a quienes ya están en territorio estadounidense protección frente a la deportación y les posibilita aplicar a un permiso de trabajo. Con este permiso, que tendrá una validez de tres años, los migrantes que entraron al país de manera irregular y están casados con ciudadanos estadounidenses pueden solicitar la residencia y, eventualmente, la ciudadanía.
“No estoy interesado en hacer de la inmigración y de la frontera un juego político”, aseguró Biden en un evento en la Casa Blanca al que acudieron legisladores, funcionarios y activistas que defienden los derechos de los migrantes. El nuevo alivio migratorio es uno de los más importantes desde que la administración de Barack Obama creara en 2012 el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA por sus siglas en inglés).
El discurso de Biden tuvo lugar, precisamente, en un evento para celebrar los 12 años de DACA, que permitió a más de 800 mil personas conseguir un permiso de trabajo y estar protegidas frente a la deportación. Durante su intervención el presidente retomó la retórica pro-inmigrante que sirvió para llevarlo a la presidencia, matizada bajo una defensa de las restricciones al asilo en la frontera con México que promulgó hace dos semanas.
“Desde que implementamos mi orden los cruces disminuyeron un 25 por ciento en la frontera”, dijo Biden, quien se defendió de las críticas a sus políticas de mano dura con la migración desde territorio mexicano, que vinieron de organizaciones como la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) y Amnistía Internacional y del sector más progresista de su propio partido. “Me rehúso a creer que para seguir abrazando la migración hay que renunciar a tener una frontera segura”, dijo.
Biden reconoció además que “la buena fe de los estadounidenses está siendo puesta a prueba por sus miedos sobre la frontera”. “No entienden mucho” de lo que sucede en esa región, subrayó acusando al expresidente Donald Trump de estar capitalizando esos miedos para promover una retórica xenófoba. La ceremonia tuvo lugar en la Sala Este de la Casa Blanca, donde además de la primera dama Jill Biden había legisladores de su propio partido e integrantes de su gobierno, entre ellos el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas y el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer.
Los detalles del nuevo plan
El gobierno espera que el plan de regularización anunciado este martes entre en vigor este verano (que en Estados Unidos va del 21 de junio al 23 de septiembre) y concederá a los migrantes la oportunidad de dar solo el primer paso en el proceso para conseguir un permiso de residencia que puede prolongarse por años. Los migrantes que podrán beneficiarse de este programa vivieron en EE.UU. por un promedio de 23 años, según datos del Departamento de Seguridad Nacional.
Para solicitar este alivio la persona tiene que haberse casado con un ciudadano estadounidense antes del 17 de junio de 2024, haber vivido en el país al menos 10 años y no haber sido deportado en el pasado. Los hijos menores de 21 años de quienes están casados con estadounidenses y que tampoco tengan un estatus legal también pueden obtener el permiso. Sin embargo los migrantes que hayan sido deportados de EE.UU. en el pasado no califican para esta protección.
En teoría las personas indocumentadas pueden obtener la residencia si se casan con un estadounidense. Sin embargo para hacerlo deben salir del país y acudir a una embajada, lo cual conlleva el riesgo de que se les prohíba la entrada de nuevo por periodos de 3 a 10 años, como represalia por haber estado en EE.UU. sin estatus legal. El gobierno calcula que unos 500 mil migrantes, además “de unos 50 mil hijastros de estadounidenses”, podrán acogerse a la nueva normativa.
Voces a favor y en contra
La migración es uno de los temas que más preocupan a los estadounidenses de cara a las elecciones de noviembre en las que Biden buscará la reelección frente a Trump, quien durante su mandato quiso poner fin al DACA alegando que era inconstitucional. Los republicanos acusan al presidente de no hacer lo suficiente para frenarla y una parte del electorado le pide que endurezca la política migratoria, pero el ala izquierdista de su partido y los defensores de los migrantes protestan cada vez que hace eso último.
Este martes los aliados de Trump criticaron la nueva normativa. La diputada Marjorie Taylor Greene afirmó que Biden “escribió una orden ejecutiva de ciudadanía gratuita para comprar votos”. El congresista Josh Brecheen, de Oklahoma, sostuvo que “de un plumazo el presidente Biden protege ahora de la deportación a 550 mil extranjeros ilegales, en un esfuerzo por tranquilizar a sus familiares con la esperanza de cosechar votos para las próximas elecciones”.
Pero los grupos defensores de los migrantes se mostraron satisfechos. La nueva normativa “es moralmente correcta, económicamente sólida y políticamente inteligente”, sostuvo Rebecca Shi, directora de la American Business Immigration Coalition. “Esta política ayudará a mantener unidas a las familias y es popular entre los votantes”, dijo por su parte Deirdre Schifeling, directora política de la influyente Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU).
El anuncio también fue recibido con los brazos abiertos por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien destacó que representa “un avance y celebro que el presidente Biden lo esté haciendo”. “Es muy buena la noticia de que van a regularizarse familias de mexicanos en Estados Unidos, sobre todo los estudiantes, los jóvenes. Es digno de reconocimiento“, afirmó López Obrador en rueda de prensa.
Dos candidatos, dos estilos
Biden negoció durante meses un paquete migratorio bipartidista que habría introducido las políticas más estrictas en décadas. Consiguió el visto bueno del Senado pero se estrelló cuando la Cámara Baja, controlada por los republicanos, se negó incluso a considerarlo. Este mes el mandatario demócrata firmó un decreto que restringe la entrada de migrantes por la frontera con México cuando haya más de 2.500 cruces irregulares en el promedio de siete días.
Mientras Biden está entre la espada y la pared, Trump repite hasta el cansancio en sus actos de campaña que los migrantes “están envenenando la sangre” del país, pero se enfrenta con el presidente por el voto de los hispanos. Hasta ahora estos se decantaron mayoritariamente por los demócratas, aunque desde hace unos años aumenta el apoyo de esta comunidad a los republicanos, como se vio en las elecciones de 2020 con Trump.
“Esta amnistía de Biden es un ataque directo a la democracia estadounidense”, dijo Trump en un acto de campaña desde Wisconsin. El magnate republicano mencionó el lunes en su plataforma Truth Social la detención en 2023 de un salvadoreño acusado de violar y matar a una mujer. “Ahora los cinco hijos pequeños de Rachel Morin crecerán sin su madre porque Joe el Corrupto se niega a cerrar la frontera”, señaló Trump para acotar que “de hecho, ¡esta semana Biden se prepara para dar AMNISTÍA MASIVA a cientos de de miles de extranjeros ilegales!”.
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