Los intendentes de Milei en Córdoba que piden obra pública | Comunas gobernadas por La Libertad Avanza
“La plata sólo alcanza para sobrevivir. Nada más”, dice David, un joven gomero de Rayo Cortado. A su vez, en Villa El Chacay, Luis, el único carnicero del lugar, acaricia a su caballo y señala las luces rotas de la calle. Pide por su arreglo, “pero bueno no hay plata”, parafrasea entre risas a Milei.
Lo que relatan no es patrimonio exclusivo de estos lugares. Se escucha en cada rincón del país. Sin embargo, lo distintivo de estos pueblos cordobeses es que son dos de los tres —en todo el país— en los que gobierna La Libertad Avanza. En las elecciones predominó el pedido por “un cambio”, aunque ahora se escuchan planteos muy diferentes a los de Javier Milei. Una crónica de las demandas de la población, desde el reclamo por el tren al precio de la luz, a través de entrevistas a sus jefes comunales, y el análisis de los efectos de políticas gubernamentales de ajuste sin obra pública. La realidad que se vive hoy en la Córdoba libertaria.
Villa El Chacay, el paraíso libertario de Córdoba
Villa El Chacay está 220 kilómetros al suroeste de la capital de Córdoba. Es un pueblo de 80 habitantes, pero durante el verano llegan a haber 200 personas. Los paisajes naturales con arroyos, ríos y sierras son las atracciones de la localidad y es por eso que el turismo es su principal actividad económica.
Adrián Radice es su intendente, o más precisamente su jefe comunal, que es como se los llama en los pueblos rurales. Es abogado y expolicía, tiene 49 años y ganó las elecciones con el 40,48% de los votos. Se reconoce libertario, pero marca sus diferencias con Javier Milei respecto al rol del Estado.
Las calles del pueblo son de tierra y en temporada baja están desiertas. “No me gusta Milei, no lo voté”, cuenta Mario, un albañil que mientras habla prepara una mezcla para revoque. “La luz está muy cara. Necesitamos terminar la salita médica, terminar de asfaltar la ruta y arreglar el tema del agua”, comenta sin dejar de trabajar. También reclama por “lo mucho que aumentó el supermercado”. De Radice espera que pueda concluir las obras que prometió: “Esperamos el cambio”.
Villa El Chacay es un pueblo chico donde la gestión de Radice se mide con la vara propia de un lugar donde todos se conocen. Donde la cercanía y la confianza con el político son mucho más importantes que cualquier ideología.
Nicolo, soldador de 35 años, no votó a Milei y está orgulloso de eso: “No soy de derecha, soy más del peronismo de Néstor. La empresa donde trabajaba se fundió por los aumentos, soy uno de los tantos que se quedó sin trabajo”. Es de Río Tercero, pero viene desde los 5 años al pueblo para visitar a su familia. A Radice lo conoce desde chico. “Hay esperanza”, responde sobre las expectativas por su gestión.
Otro hombre —de unos 40 años y que no quiso dar su nombre—, escucha y no quiere perder la oportunidad de manifestar su apoyo a Milei: “Ya va a mejorar… ¡está mejorando!”, acota al pasar.
-¿Qué medida del Gobierno le gusta?
-Y… todavía tiene que mejorar la economía.
-¿Le afectaron los aumentos?
-Si, pero va a mejorar, está mejorando la economía.
-¿En qué siente la mejora?
-Va a mejorar, hacía falta un cambio…
Mientras se preparaba para la entrevista, Radice tuvo que salir corriendo a atender una urgencia. Su esposa lo llamó desesperada porque se le metieron dos serpientes a la casa. Unos minutos más tarde regresa y le resta importancia al episodio con los reptiles: “Es lo más normal del mundo”, asegura.
“Llego a La Libertad Avanza por hacerle caso a mis hijos: compartimos la identidad del partido libertario”, asegura Radice. Cree que la gente lo votó porque propuso “un cambio”. Las propuestas que menciona son obras públicas: van desde finalizar la obra de la sala médica, hasta arreglar la ambulancia y terminar el asfaltado de la entrada al pueblo.
Tanto lo población como el propio jefe comunal hacen mucho hincapié en la importancia de las obras en el pueblo y reconocen que sin el apoyo estatal les sería imposible realizarlas: “La Comuna en sí, por recursos propios, no podría hacer ninguna obra, necesita de la coparticipación que manda la Provincia”, admite el hombre de La Libertad Avanza.
Para hacer las obras que prometió, la nueva gestión libertaria le pidió un camión y un tractor al gobierno nacional y aumentó en un 50% las tasas y los impuestos inmobiliarios. “Dependemos casi en un 100% de la coparticipación provincial”, reconoce Radice, que no patea el tablero político cordobés y elogia al gobernador Martín Llaryora: “Está a disposición para todo”, afirma.
Su sintonía con el mandatario cordobés no es lo único que diferencia al jefe comunal de Milei, ya que la comuna contrató profesionales médicos y obreros: “Voy totalmente en contra de lo que predica nuestro Presidente de reducir el Estado. En esta comuna estamos haciendo totalmente lo contrario. En vez de achicar el Estado, nosotros lo agrandamos”.
A pesar de eso, comparte la decisión de Milei eliminar de cuajo la obra pública nacional con el mismo discurso que usa el Gobierno para todos los recortes: “La corrupción”. Justamente el sector de la construcción es uno de los más afectados por las medidas del gobierno nacional: según la Cámara Argentina de la Construcción hay casi 4000 obras paralizadas y en los últimos meses 100.000 trabajadores perdieron su empleo.
Villa El Chacay no es un pueblo industrial. Por las características de su economía el ajuste no se traduce en despidos. Pero otros pueblos de Córdoba donde Milei arrasó en el balotaje no escaparon a las consecuencias de la motosierra. En Luque, a unos 300 kilómetros, Mabe (exDrean) echó a 200 empleados de su planta. Las ventas se desplomaron y por ende la demanda de la mano de obra. Además, la fábrica de motores eléctricos Weg, que proveía a Mabe, anunció 50 despidos la semana pasada. Lo propio hizo la empresa alimenticia Bimbo, entre otras tantas.
A tono con la propuesta de Milei, Villa El Chacay ya tiene su propio Pacto de Mayo: Ricardo Posse, el candidato del peronismo cordobés a jefe comunal en las últimas elecciones, es secretario de la Comuna y forma parte de una suerte de cogobierno junto a Radice. “No hay diferencias ideológicas cuando se trata de administrar una comuna”, sostiene Posse.
El actual secretario salió segundo con el 28,57% de los votos y es crítico de la gestión anterior, de su propio partido: “Se perdió porque quedaron muchas obras congeladas”, lamenta. Si bien marca sus diferencias con la gestión del gobierno nacional, mantiene un gran vínculo con el jefe local libertario.
El agua en Villa El Chacay es un problema. La misma se toma de un arroyo y pasa por una planta potabilizadora antes de llegar a los hogares. Pero el sistema es de cuando la población era de 50 personas y en verano no da abasto, por lo que la Comuna le presentó un proyecto al gobierno provincial para hacer una nueva planta.
El gas natural no llega al pueblo y no hay planes para que eso suceda en el corto plazo. “Si querés usar luz eléctrica para calefaccionarte tenés que vender medio riñón”, grafica Radice.
“Para calefaccionarte con luz tenés que vender medio riñón…”, Adrián Radice.
Y es que, justamente, el principal reclamo en Villa El Chacay es por el precio de la electricidad. El pueblo se abastece a través de una cooperativa, que a su vez se la compra a la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) —estatal—. Comparado con una boleta de EPEC, en promedio, los habitantes de Villa El Chacay pagan 467% más de costo fijo mensual y 371% más por cada kWh consumido.
Por la quita de subsidios de Nación hubo aumentos de hasta 200%. Radice dice haber pagado $65.000 de luz el último mes, Natalia, su secretaria, $100.000 entre su casa y el negocio y Posse $80.000. “Hay que sincerar lo que valen las cosas”, sostiene el jefe comunal, que reconoce que los salarios y las jubilaciones quedaron atrasados. “Le pediría a Milei que siga con los ajustes que tiene que hacer, sobre todo en la política, pero que nos trate de alivianar los servicios públicos“, cierra.
“Le pediría a Milei que nos trate de alivianar los servicios públicos”, Adrián Radice.
Rayo Cortado, el pequeño gigante libertario
Unos 400 kilometros al noreste de Villa El Chacay se encuentra Rayo Cortado, un pueblo de 1200 habitantes cuyo nombre se debe a que originalmente fue una zona de pozos en la que los carruajes de la época del Virreinato rompían los rayos de las ruedas en su camino desde el Alto Perú al Puerto de Buenos Aires. El presidente comunal es Héctor Rodolfo González, un productor rural que ganó las elecciones con el 53,88% de los votos.
Más allá de las demandas específicas que cada localidad pueda tener, hay reclamos que se repiten en cada rincón del país. “La plata alcanza sólo para sobrevivir. Nada más”, lamenta David. “Milei es bastante particular, es más como una celebridad, no es lo que estamos acostumbrados a ver de un presidente. Quizá por eso la gente lo votó y tiene esperanza de que haya un cambio”, cuenta con una sonrisa de oreja a oreja.
Tampoco César deja de hacer lo suyo para analizar lo que pasa. Tiene 40 años y sostiene que “la gente se cansó de que progrese el jefe comunal pero no el pueblo”. De la nueva gestión local destaca “las obras que hace en las plazas y las calles”. Afirma que le gustó “el cambio de Milei” y calcula que “se necesitan 3 o 4 mandatos para arreglar un país destruido”.
Pincel en mano, a la vez que barniza una puerta de madera y esquiva las moscas, responde de manera desafiante que “si uno labura y no es vago vive”, ante la consulta por los aumentos en la comida y los servicios. Reconoce, de todos modos, que tuvo que recortar gastos: “Frené el ritmo de construcción de mi casa porque los materiales están muy caros. También dejé de usar el auto por el aumento de la nafta. Le pediría a Milei que bajen los precios”.
“La gente votó a Rodi —dice Joel, un joven que se dirige a su trabajo— porque propuso muchos cambios para el pueblo, como arreglar el agua y traer más médicos”. Si bien está deslumbrado con Milei, a quien dice haber votado porque prometió “sacar la VTV que es un curro”, le pide al Gobierno “obras públicas en el pueblo”. Tampoco oculta su preocupación por el aumento del precio de la luz: pasó de pagar $30 mil a $44 mil.
El jefe comunal González se define libertario, pero marca sus diferencias con Milei con respecto a la obra pública, valora el rol del empleado estatal y —¿sin querer?— cita a Perón. Dice haber puesto dinero de su bolsillo para fiscalizar a Milei en el Departamento de Río Seco. “Yo a Milei lo apoyaba desde antes y no como muchas garrapatas que se le han prendido ahora que es Presidente”, asegura de manera acalorada.
Ante la pregunta acerca de por qué quiso ser presidente comunal la respuesta es, desde ya, que “buscaba un cambio”. Destaca que su gestión ha hecho crecer la planta permanente de la comuna y se desmarca del Presidente: no solo advierte que no llegó a intendente “para despedir gente”, sino que va más allá y señala que “una de las fuentes de trabajo más grandes que puede tener el pueblo es la Comuna” y que “el Estado tiene que tener un rol activo en la economía”. Según cuenta, desde que asumió la planta de empleados pasó de 28 a 53 personas —trabajando en las calles y en las escuelas—, con sueldos promedio de $150.000.
González se diferencia de Milei con respecto a la obra pública, valora el rol del empleado estatal y —¿sin querer?— cita a Perón.
Rayo Cortado no tiene agua potable. La que sale de las canillas solo se usa para higiene personal. Durante el último verano el río que provee a la localidad se secó y “fueron meses desesperantes”, recuerda angustiado el jefe comunal.
“Desde el Estado provincial nos han dado la solución, es un Estado muy presente. Hace 20 años que gobierna el peronismo y siempre se han destacado por las obras”, asegura González. A mediados de marzo el gobierno de la Provincia firmó el acuerdo para la construcción de un acueducto que llevará agua potable a varios pueblos del norte, entre ellos Rayo Cortado.
González también se diferencia de Milei con respecto a la obra pública: “Milei puede tener ideas distintas a las que yo tengo. Yo creo que las obras públicas tienen que seguir, para algo pagamos impuestos”. Además, agrega que “tiene que haber mucho control” y que “si nos controlan somos mejores”, célebre frase del expresidente Juan Domingo Perón.
Las principales fuentes de trabajo en la localidad son el sector agropecuario y la propia comuna, aunque el pueblo depende 100% de la coparticipación que envía la Provincia. En Rayo Cortado no se cobran impuestos ni tasas: “Sería bueno que empezáramos, pero cómo vas a cobrar si no tenemos agua ni aslfalto”, lamenta el jefe comunal.
-¿Y si la Provincia tomara la misma postura que Milei y eliminara la obra pública?
-Sería complicado…
“Yo creo que las obras públicas tienen que seguir, para algo pagamos impuestos”, Héctor Rodolfo González.
Al igual que en Villa el Chacay, la luz llega al pueblo a través de una cooperativa. En comparación con una boleta de EPEC, los habitantes de Rayo Cortado pagan en promedio 232% más de costo fijo mensual y 367% más por kWh consumido. Para González y para todos los habitantes consultados la solución para los aumentos sería “depender directamente de EPEC”, o sea del Estado provincial.
El jefe comunal dice estar “resignado” por los aumentos y pone de ejemplo el caso de una familia que llegó al pueblo, puso un negocio y se tuvo que ir a las pocas semanas por el precio de la luz: “Hay una familia que vino de Córdoba, se instaló acá, puso un kiosquito y hace 15 días me dicen ‘Rodi, nos volvemos a Córdoba. El kiosquito no vende y la luz nos mata, nos vinieron $200mil'”. González asegura haber pagado $163mil de luz, el triple que el mes anterior.
“Hay una familia que se instaló acá y hace 15 días me dicen ‘Rodi, nos volvemos a Córdoba. El kiosquito no vende y la luz nos mata, nos vinieron $200mil'”, Héctor Rodolfo González.
Una de las medidas que el jefe comunal libertario cree que ayudarían a reactivar la economía es la vuelta del tren de pasajeros que hace muchos años pasaba por Sebastián Elcano, un pueblo cercano. “Se crearían fuentes de trabajo”, sostiene. De fondo, la imagen del expresidente Carlos Menem, pegada en la pared de su oficina.
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