Marcó el penal decisivo para ganar la medalla dorada, pero su gesto antideportivo arruinó el festejo en París 2024: “No es la actitud que se espera”
Países Bajos regresó a lo más alto del hockey sobre césped masculino en los Juegos Olímpicos de París después de 24 años de sequía con su victoria por 3-1 en los penales ante Alemania luego de igualar 1-1 en el tiempo reglamentario jugado en el Estadio Yves-du-Manoir. El encuentro que terminó de definir los lugares del podio (India se impuso a España por el bronce) terminó con mucha polémica dentro de la cancha por un gesto antideportivo de uno de los campeones.
Todas las emociones debieron esperar al último cuarto porque Thierry Brinkman adelantó a la Orange a 14′ del cierre y el trámite volvió a equilibrarse a 10′ de la finalización con la cortesía de Thies Prinz. La definición derivó a los penales australianos, instancia en la que cada rematador posee ocho segundos para recorrer los 23 metros que separan el arco y la línea donde se coloca la bola.
En esta definición, los protagonistas fueron los arqueros por razones extremadamente opuestas. La figura fue el guardameta del ganador, Pirmin Blaak, con tres ejecuciones detenidas, mientras que el portero derrotado, Jean-Paul Danneberg, sufrió una insólita cargada del autor del último penal, Duco Telgenkamp.
El número 51 de los Países Bajos marcó la pena máxima decisiva para darle la presea dorada a su Nación e inmediatamente se produjo el festejo del cuadro naranja con un abrazo colectivo a Blaak por su excelente labor bajo los palos. En ese preciso instante, el 9 de Alemania, Niklas Wellen, fue raudamente a romper con las celebraciones sin un motivo visto en la transmisión oficial. “No es la actitud que se espera”, objetó el presentador de Claro Sports frente al accionar de Wellen, que fue apartado del lugar siendo agarrado del cuello.
La explicación de este enojo quedó a la vista con las repeticiones de lo que había sucedido porque Telgenkamp se acercó a un arrodillado Danneberg, se le puso cara a cara, le hizo un gesto para que haga silencio con una de sus manos y le estiró una cachetada al casco de protección. Del otro lado, no hubo ninguna reacción, absoluta indiferencia. Uno de los jueces frenó la provocación y dialogó de manera breve con el arquero para apaciguar las aguas.
La razón que lo habría llevado al neerlandés a esta situación podría estar vinculada a lo sucedido en la previa al partido porque el medio de su país, NOS Sport, precisó que Danneberg había dicho que “Países Bajos le tendría miedo a Alemania”.
Más adelante, los festejos volvieron a la escena de un equipo que regresó al pedestal olímpico luego del bicampeonato logrado en Atlanta 1996 y Sídney 2000. Esa marca adversa contrastó con el éxito de las mujeres, que llegaron a las últimas seis finales con tres oros, dos platas y la resolución pendiente de este viernes ante China en Francia.
En la vereda opuesta, todo fue frustración para el equipo del argentino nacionalizado alemán, Gonzalo Peillat. El defensor, que fue campeón olímpico con Los Leones en Río 2016, fue titular ante Países Bajos tras vencer a India en semifinales y a la Argentina en los cuartos de final, instancia en la que marcó un gol, lo celebró de manera animada ante la mirada de sus ex compañeros y expresó desafiantes declaraciones posteriores al mano a mano.
“Cuando tomé la decisión (de representar a Alemania) supe que iba a haber un 50% de gente que le iba a gustar y un 50% que no, pero al final es mi vida. Al que le guste bien y al que no le guste sorry, como dijo Maradona: ‘Que la sigan chupando’”, lanzó en charla con la TV Pública.
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