Mientras arreglan las compuertas del Dique Ignacio de la Roza, ¿qué sorpresa hallaron en el fondo del canal?

La histórica reparación de las cuatro enormes compuertas del Dique Ignacio de la Roza, considerado el corazón del sistema hídrico de la provincia por ser el encargado de derivar el agua para el consumo en las viviendas y el riego en todo el Valle del Tulum, permitió descubrir qué había en el fondo del canal matriz. Y la sorpresa no fue grata, los especialistas descubrieron que las losas de la base estaban desplazadas, lo que impactaba en el funcionamiento del sistema. Como consecuencia, las autoridades decidieron sumar a la tarea, realizada por primera vez en 77 años, una obra complementaria, con el fin de llevar a cabo las reparaciones correspondientes.

Fue al vaciar el canal con el fin de retirar las compuertas, que encontraron losas desplazadas de su lugar de origen debido a la presión del agua. Al respecto, desde el Ministerio de Infraestructura indicaron que, “debido a esto, se está llevando a cabo un proceso para reubicar las losas desplazadas y construir losas nuevas donde sea necesario. Las que pueden ser recuperadas se enclavaron mediante anclajes con fijador químico a la losa original, mientras que otras están siendo construidas nuevamente”. Según el detalle, este proceso se realizó en 6 losas, cuyas estructuras de hormigón son de un tamaño considerable, aproximadamente de seis por seis metros.

Al respecto, las autoridades destacaron que, “estos trabajos son importantes debido a que la operación del canal matriz es fundamental para el manejo del recurso hídrico del Valle del Tulum. Por este canal se transporta el agua desde el río hasta las diversas estructuras de distribución agrícola y urbana que dependen de este dique, que tiene una capacidad de transporte de entre 60 y 70 metros cúbicos de agua”.

Las compuestas, ya están casi listas

Mientras se trabaja en las placas, con la tarea de alrededor de 100 personas en marcha en un taller, las cuatro compuestas y los sistemas electromecánicos del Dique Ignacio de la Roza, no sólo están siendo restaurados, sino también modernizados. Esto, con el fin de garantizar que sigan cumpliendo su función vital en cuanto al manejo eficiente del agua.

“Estas estructuras que tienen un peso estimado de entre 14 y 15 toneladas cada una y miden aproximadamente 8 metros de largo por 2 metros de alto, son piezas clave en la regulación del flujo de agua del río San Juan, están siendo sometidas a un proceso meticuloso de rehabilitación”, indicaron las autoridades.

En ese contexto, especificaron que cada compuerta está equipada con un sofisticado sistema de guías y ruedas de acero que permiten su movimiento vertical, asegurando que el agua no se filtre. Estas guías y ruedas, fabricadas completamente en metal, se están reacondicionando y mejorando para garantizar un rendimiento óptimo. También se está prestando especial atención a las juntas de goma, conocidas como “nota musical” por su forma distintiva, que son esenciales para evitar fugas de agua. La rectificación de los asientos metálicos, donde las compuertas se apoyan, es crucial para asegurar que no haya pérdida de agua al cerrar.

Al mismo tiempo, el sistema mecánico que opera las compuertas ha sido completamente renovado. Los equipos reductores y las poleas están siendo restaurados a su condición original, permitiendo que el cable de acero, pueda funcionar sin problemas. “Este cable, del cual se adquirieron 440 metros en total, es esencial para la maniobrabilidad de las compuertas y no estaba disponible localmente, por lo que se tuvo que comprar afuera. Lo mismo sucedió con las juntas de goma”, afirmaron desde el organismo.

Por otra parte, el proceso de restauración incluye la limpieza exhaustiva de las compuertas mediante arenado, un procedimiento que garantiza la eliminación completa de impurezas, dejando el metal listo para ser recubierto con una pintura especial. Este revestimiento amarillo no sólo proporciona una barrera protectora contra la corrosión y los elementos, sino que también mejora la visibilidad y seguridad en condiciones de poca luz, gracias a la distintiva capacidad del color amarillo para ser percibido en la oscuridad.

Fabian