Murió el Flaco Traverso: el recuerdo de la carrera que ganó con el auto en llamas
Juan María Traverso, una de las leyendas del automovilismo argentino, falleció este sábado a los 73 años. Fue uno de los corredores más importantes del país: se consagró campeón de TC numerosas veces y marcó una era en el automovilismo nacional. Compitió en la montaña y transitó miles de kilómetros por la Patagonia. No obstante, entre los cientos de carreras de las que participó, hubo una que quedó en la memoria de todos. Se trata de la disputada en General Roca en 1988, cuando logró el triunfo con su auto en llamas.
La victoria fue el 3 de abril de ese año. Los fanáticos más veteranos aún guardan aquel momento en sus retinas, mientras que los más chicos pudieron verlo a través de un video, el cual se volvió furor en las redes sociales y se convirtió en uno de los más famosos de su carrera.
Ese día el Flaco corrió con un Renault Fuego. Con ese modelo, en sus diversas versiones, Traverso logró seis de sus siete títulos en el TC 2000. Esos autos del Rombo fueron preparados por Oreste Berta.
En aquella competencia en General Roca, el vehículo se incendió y cayó como anillo al dedo para los expertos de marketing de la marca francesa. Pero más allá de su temple y pericia para domar esas dos vueltas y media finales en las que el coche ardió, hubo otros motivos que le permitieron vencer. En diálogo con Infobae tiempo atrás, el ex piloto recordó cómo fue esa jornada.
-¿Cómo hizo para ganar con el coche prendido fuego?
– Ese tipo de cosas siempre pasaron, lo único que antes no había televisión. Ese día sí había televisión y ahora está en la redes y lo veo todo el tiempo. Vienen chicos a explicarme cosas que vieron del auto prendido fuego y no habían nacido. Para correr en autos cuando yo empecé, tenías que saber de mecánica porque en un Gran Premio si se rompía algo tenías que arreglarlo con tu acompañante. Hoy si se prende fuego un auto el piloto para automáticamente porque si se quema (el coche), lo echan. Si lo rompe porque siguió, le preguntan “¿por qué lo seguiste?” Lo sacan del equipo. Esa vez se prendió fuego del lado de donde está todo el lubricante. Perdió una manguera y cayó sobre los escapes. Empezó a salir humo y supe que era aceite. Sabía que en algún momento se prendía porque los escapes estaban en rojo y por los agujeritos del piso lo venía mirando. Hablé por radio y les dije, “tengo una pérdida de aceite que cae sobre los escapes. Voy a seguir hasta que se la banque”. Cachi Scarazzini (su director deportivo por diez años) me dijo “ok”. Cuando aceleraba se prendía más aceite. Pero mientras el fuego estuviese de ese lado y no pasara hacia el otro donde estaban los carburadores y los caños de nafta, el peligro era relativo. Eso es saber de mecánica. Me saqué los cinturones, trabé la puerta, busqué a los bomberos y dije “donde se complique, paro”. Tuve suerte, se la bancó, se quedó sin aceite a tal punto que bajaron la bandera y explotó el motor. Quedó a la vista como que “este es un loco”. No digo que sea normal, pero, sabiendo de mecánica, seguí, como también lo hice el día que perdí una rueda (llegó segundo en tres ruedas en Alta Gracia 1998). Supe en esos casos que el auto se la iba a aguantar y que a lo sumo iba a perder algunas posiciones.
-¿Qué le dijo Berta?
– Ese día el Mago no había ido a esa carrera y la vio desde Córdoba. Llego al hotel y me llama por teléfono y me dice ‘la verdad Flaco, me emocioné’. Y le digo ‘no es Berta el que está hablando’. Se enojó y me cortó. Pero con el Oreste somos muy amigos.
Pero antes de ser referencia en el TC 2000, el Flaco se consagró en el Turismo Carretera y fue de la mano del equipo oficial Ford, que hace medio siglo dominó la octogenaria categoría con siete campeonatos en fila, los dos últimos de Traverso, en 1977 y 1978.
-¿Cómo era correr en la montaña y los Grandes Premios de TC?
-Era una aventura. Una mezcla, porque era un rally de una sola etapa. Era todo estrategia con una especie de hoja de ruta que vos armabas y que no existía en esa época, pero uno la armaba. El principal competidor tuyo era la ruta más que otro piloto. Vos competías contra el camino. En el Gran Premio al Sur, primera etapa, Buenos Aires-Bahía Blanca. Segunda, Bahía Blanca-Trelew. En la primera le gano a Gradassi (Héctor Luis) por nada, por dos segundos, una pavada. Ahí neutralizaron en Pringles para largar y Gradassi me decía, “vos largaste antes de que te bajen la bandera”. En la segunda, antes de Trelew se me agujerea un pistón. Paramos a cargar baldes de aceite, los metíamos en el tanque y como entraba en el tanque lubricaba y salía. Al otro día mi acompañante y yo, que por reglamento éramos los únicos que podíamos trabajar en el auto, como había seis horas de carreras diarias en todo el Gran Premio, en tres horas y media cambiamos los seis pistones, bruñimos los cilindros, esmerilamos las válvulas y preparamos todo. Al otro día, Trelew-Esquel, cruzamos la Patagonia y ganamos la etapa.
Traverso fue el piloto que más títulos logró a nivel nacional en pista con 16 campeonatos nacionales, 7 de TC 2000, 6 de TC y 3 de Top Race. En la actualidad era el presidente de la Asociación Argentina de Volantes (AAV) la mutual de los pilotos que brinda cobertura médica a los corredores, licencias y también tiene un centro de alto rendimiento en el Autódromo de Buenos Aires Oscar y Juan Gálvez.
Este sábado se conoció su fallecimiento a sus 73 años. El multicampeón de TC había sido diagnosticado con un cáncer de esófago meses atrás y su muerte fue confirmada en las últimas horas por la la Asociación de Corredores de Turismo Carretera.
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