Por qué el árbitro de Argentina-Marruecos fue parte fundamental del escándalo que empañó el debut en los Juegos Olímpicos
Hay muchos aspectos a considerar en todo lo que pasó en la derrota de Argentina ante Marruecos en el debut del elenco Sub 23 en los Juegos Olímpicos, sobre todo luego de la suspensión, ni bien empató -momentáneamente- el seleccionado de Mascherano y fanáticos marroquíes invadieron el campo de juego, un bochorno que incluyó caída de proyectiles y la explosión de un petardo cerca de la delegación. Pero la actuación del juez sueco Glenn Nyberg fue parte fundamental del escándalo. Se puede ir por partes en el análisis y empezar por el llamativo alargue, nunca visto, de un cuarto de hora.
La duración del encuentro con quince minutos extra a los efectos de la regla, ¿es legal? Sí, es legal. Porque la regla 7 dice “recuperación del tiempo perdido”. El árbitro puede prolongar cada periodo para recuperar las demoras por ocho motivos: por la sustituciones, por la atención a los jugadores, pérdida de tiempo, sanciones disciplinarias, pausa por motivos médicos, retraso por el chequeo del VAR o celebraciones de goles o cualquier otro motivo que genere un retraso en la reanudación del encuentro. En este partido, como observó Mascherano en sus declaraciones, hubo varias interrupciones por personas ajenas al juego. Inconcebible.
El tiempo a descontar antes lo llevaba el árbitro principal solamente. Ahora los puede llevar un colaborador y ese colaborador, que puede ser el cuarto árbitro, indicará el tiempo mínimo que debe añadirse; o también puede llevarlo un intengrante del VAR. Eso se acuerda antes de jugarse el partido. Si bien el árbitro toma la decisión final, se basa en las indicaciones de sus colaboradores
Si dicen “siete”, como mínimo debe jugar siete, pero si él quiere, además, podrá aumentar el tiempo añadido, aunque nunca reducir el tiempo que le dieron. Es decir, es probable que en este caso los auxiliares le pasaron cierta cantidad de minutos a jugar, y el árbitro bien pudo aumentar a 15. Por eso jugar 15 minutos es legal, pero es fuera de los común.
Continuamos con lo que ocurrió: el árbitro concedió el gol de Cristian Medina, que hubiera representado el 2-2; para él no hubo nada anormal, por eso marcó la mitad del campo de juego, y luego decidió suspender por invasión de simpatizantes marroquíes. Y envía a ambos equipos a los vestuarios. ¿El gol es válido? El gol nunca se da como válido hasta que no se reanuda el juego; o sea, el árbitro fue a los vestuarios, pero el VAR pudo llamarlo. En un partido normal, antes de reanudar las acciones, le hubiera preguntado al VAR si estaba todo correcto.
Pero aquí no ocurrió eso, se fueron a los vestuarios, entonces fue cuando el árbitro determinó que se debían jugar tres minutos más, pero se demoraron dos horas en el reinicio. ¿Es legal? No figura en ningún lado, no está escrito en ningún lado que fue un procedimiento incorrecto, por lo tanto se puede hacer, por eso salieron y jugaron. Y cuando reingresó el árbitro tuvo que decidir si sacbaa del medio o si aceptaba la invitación que le hizo el VAR de ir a observar ese posible fuera de juego. Fue, observó y decidió que el offide existía. Y marcó la reanudación con un tiro indirecto en el lugar donde el jugador estaba en el momento en el que cometió la infracción. Los pasos estuvieron dentro del reglamento. El problema es que se desvirtuó todo.
(Video: TyC Sports)
El árbitro sueco dejó una imagen de desprolijidad completa durante todo el encuentro. Desde las sanciones, la falta de control del partido -a pesar de la colaboración de los jugadores. Lo más grave vendría en el último minuto del partido, cuando se produjo la invasión al campo de juego de los simpatizantes marroquíes. El juez suspendió el encuentro y la indefinición duró casi dos horas. A todos los errores evidentes, el árbitro suma esa duda con un estadio ya vacío y los jugadores enfriándose en los vestuarios. Nyberg no tendría que volver a dirigir en este torneo, más allá de que Marruecos merece una sanción ejemplificadora por la invasión de la hinchada al campo de juego, poniendo en peligro a los protagonistas del juego.
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