Trabajo sexual en San Juan: de la apuesta a otras provincias al aumento de trabajadoras por la situación económica

Trabajo sexual en San Juan: de la apuesta a otras provincias al aumento de trabajadoras por la situación económica

Durante el primer trimestre de este año se calculaba que el trabajo sexual en San Juan registraba una caída del 90% de demanda. Con la llegada de los meses más cálidos y las noches más agradables, es mayor la presencia de las trabajadoras en la vía pública, quienes “entran en una disputa” por la poca clientela que hay.

“Esta todo tan difícil, tan complicado, el trabajo de por sí ha bajado mucho”, aseguró a Tiempo de San Juan Mónica Lencina, referente de AMMAR (Asociación de Mujeres Meretrices), el espacio que contiene a las trabajadoras sexuales de todo el país y que en la provincia tiene alrededor de 230 afiliadas.

La crisis en la actividad, donde entran en juego el aspecto económico; la precariedad e irregularidad del mismo, teniendo en cuenta que no es una labor registrada; y las diferencias que suelen tener de vez en cuando con la fuerza policial, donde algunas hasta el día de hoy denuncian haber sido perseguidas o encerradas de manera injusta, obligó a varias trabajadoras a buscar distintas alternativas para sostenerse. Mónica asegura que es cada vez mayor la cantidad de chicas que deciden dejar la provincia para probar suerte en otros puntos, tanto dentro como fuera del país.

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“Muchas chicas han emigrado a otras provincias, buscando trabajo en otros lados porque en San Juan no hay actividad. Suelen ir a Rosario, Salta, Buenos Aires, San Luis, e incluso algunas compañeras se han ido a Chile. Tenemos contacto porque antes de viajar pasan y comentan que están mucho mejor afuera”, indica Mónica.

Las anécdotas y experiencias de quienes ejercen el trabajo sexual fuera de la provincia intrigan y alientan a las trabajadoras que tiene la posibilidad de irse y cuentan con los medios para hacerlo, pero hay quienes tienen carga familiar u otras responsabilidades que las obliga a quedarse en la provincia.

Entre las que se quedan, están aquellas mujeres que se manejan con la virtualidad para ejercer el trabajo sexual; una modalidad que comenzó a verse con mayor frecuencia durante la pandemia. De esta manera se produce la venta de contenido erótico por distintas plataformas, como también se acuerdan encuentros de manera directa.

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Pese al auge de la virtualidad, la presencia en la calle se mantiene constante y en aumento. “Es un número considerable el de compañeras que salen a la calle. Deben ser como unas 100 aproximadamente. Ya no se encuentran solo en el Gran San Juan, ahora hay presencia en otros departamentos como sectores donde antes no había y ahora sí”, asegura Mónica.

Según lo que precisan desde AMMAR San Juan, no solo se incrementó el número de trabajadoras que usan la vía pública como medio de contacto. También han notado un aumento de chicas nuevas en el oficio. Pero eso no sería lo único llamativo. Al respecto, Mónica explicó: “Hay muchas compañeras que no ejercían, que son grandes y estaban retiradas de la actividad, pero volvieron al rubro porque no les queda otra para llegar mínimo a cubrir un gasto”.

La realidad de las trabajadoras sexuales en la actualidad no es sencilla. La falta de clientes, el regateo constante, estar expuestas a situaciones de vulnerabilidad y peligro se suman a la falta de regulación de la actividad que no es considerada un trabajo como tal, pero que existe desde el inicio de los tiempos, siempre dejando en claro que si la persona elige hacerlo, debería tener la seguridad y herramientas para ejercerlo de manera segura. Por elección, no por obligación para el beneficio de otros.

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