Vildoza amargó a Campazzo y Panathinaikos paró el dominio del Real en el básquet europeo
¿Quién lo hubiese dicho tras los primeros 15 minutos? Era todo del Real Madrid. Casi paliza. 14 de diferencia. Faltaba mucho, es verdad, pero adelante estaba el equipo del momento en Europa, de los últimos 15 años, el campeón de la última edición, que estaba haciendo todo bien. Pero, claro, esto es básquet FIBA, todo puede pasar. Panathinaikos también tenía la historia, la personalidad, los jugadores y hasta la hinchada para soñar con darlo vuelta. Y así pasó: 25 minutos finales brillantes para ganar la gran final en Berlín y así conquistar su sexto torneo europeo, quinta Euroliga, desde que se juega este formato (2000). El MVP fue el griego Sloukas (24 puntos) en una dura lucha con Kendrick Nunn (21 puntos), un NBA que no sufrió en Europa como otros…
En el duelo de argentinos, festejó Luca Vildoza, que venía jugando poco y nada, tras críticas del DT Ergin Ataman -que incluyó un cruce en redes sociales con Prigioni, desde USA-, pero ayer el turco lo necesitó y el marplatense respondió con buena defensa y 3 puntos en 13 minutos para darle su tercera Euroliga. “Somos campeones y eso no me lo quita nadie”, declaró.
Facu Campazzo tuvo momentos buenos (12 tantos y 4 pases gol), pero no alcanzó. Se quedó con las ganas del título N° 27 en su carrera y de un nuevo MVP (suma 10 y venía de conquistar tres en la temporada). Gaby Deck, lesionado, lo vio de afuera en el perdedor.
Fue un concierto del Madrid en el primer cuarto, cuando metió la friolera de 35 puntos y sacó 11 de diferencia. Un dominio que se extendió un rato más, cuando sacó 14. Era el momento en que Facu dominaba con su ritmo, Ndiaye y Musa la metían de todos lados y el francés Poirier era el dueño de la zona pintada.
Pero todo comenzó a cambiar con la defensa griega. Grant presionó en primera línea, Nunn y Sloukas aparecieron en ataque y Lessort se impuso cerca del aro (17 y 6 rebotes). Luca también aportó, lo mismo que Hernangómez y Mitoglou.
De a poco inundó la marea verde. Panathinaikos primero lo anuló y todo terminó en paliza: 95-77, tras ganar el segundo tiempo por 46-22. Una verdadera locura. Por cómo lo hizo y ante qué rival lo logró. No sorprende. Los griegos tienen mística y un gran plantel, hoy apoyado, como siempre, por miles de fans, que generaron un pandemónium en las calles y en el estadio.
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