Cómo es por dentro la tarea con avispas “alien” y moscas pelirrojas para cuidar las frutas de San Juan

Cómo es por dentro la tarea con avispas “alien” y moscas pelirrojas para cuidar las frutas de San Juan

Todo sucede en el interior de la BioPlanta San Juan, un espacio ubicado en Rivadavia y que depende del Ministerio de la Producción, donde se trabaja en el desarrollo de dos tipos de biocontroladores contra la plaga de la mosca que afecta a la fruta, la Ceratitis capitata, conocida como mosca del Mediterráneo. Uno de ellos es una avispita que, como sucede en la película Alien, come la larva de la mosca de los frutos, ocupa su lugar y nace sustituyéndola. El otro es la propia mosca, pero con machos que son esterilizados para que puedan competir con las moscas naturales en las fincas para la copula, pero sin que haya fecundación. Estas últimas tienen la particularidad de salir del laboratorio sanjuanino literalmente teñidas de rojo, con el objetivo de ser detectadas en la naturaleza con el fin de analizar su impacto.

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Quien explica el proceso es Sergio Ovruski, investigador del Conicet que trabaja en el lugar junto a otros 26 biólogos, ingenieros agrónomos, técnicos y operarios. Él cuenta a Tiempo de San Juan que, tanto las moscas como las pequeñas avispas son liberadas masivamente en fincas de la provincia en las que hay plantaciones afectadas por la plaga. “Se liberan principalmente a partir del inicio de la primavera, cuando por las condiciones ambientales, la temperatura y el inicio de la fructificación, la mosca del Mediterráneo comienza a afectar la producción”, detalla.

El complejo proceso de las avispitas “alien”

En la planta, por un lado, está el sector de cría de parasitoides. “Los parasitoides son enemigos naturales de la mosca. Es una avispa pequeña que no ataca a personas ni animales, sino al estado larval de la mosca. Ambos son insectos que tienen un ciclo de metamorfosis. Normalmente, la mosca pone un huevo en el interior de la fruta. De ese huevo, sale una larva que va comiendo internamente a la fruta, la pudre, y de esa larva sale una pupa que se entierra en el suelo y de ella nace una mosca adulta”, explica el especialista.

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Y continúa: “Estos parasitoides, es decir, estas avispitas, tienen un ciclo muy parecido, pero para desarrollarlo necesitan nutrirse de la mosca. Las avispas hembras tienen como una espina, que se llama ovipositor. Ellas exploran el fruto con sus patas y antenas y, a través de tres mecanismos, los mecanorreceptores que detectan movimiento, los receptores de olor y sensores químicos; determinan dónde está la larva de la especie que ellos tienen que parasitar. Entonces, al localizarla en el interior de la fruta, colocan con su espina en la larva de la mosca y ponen su propio huevo. De ese huevo nace otra larva, que va comiendo por dentro la larva de la mosca. Es decir, se nutre de ella, la mata y la reemplaza. Es como el proceso del alien que vemos en la conocida película. Luego esta larva parasitada salta al suelo y ahí pasa al estado de pupa, se entierra y cuando esta pupa se abre en vez de salir la mosca, lo que está adentro ya no es una mosca nueva, sino el parasitoide, la avispita que no afecta al fruto, no lo pudre”.

Originalmente, esta avispita es del Sur de Asia. Fue importada y generada en México y desde allí, a partir de un convenio y con todas las aprobaciones de SENASA y ambientales, la trajeron a San Juan para ser adaptada a la especie de mosca que produce daños aquí y, luego, reproducida.

Según el biólogo, ese proceso se da en la naturaliza normalmente, es un sistema de control biológico. Lo que hacen en la BioPlanta es manipularlo, criando masivamente esa avispita en laboratorio, para después liberarla en grandes cantidades en las distintas fincas. De ese modo, se ejerce un control natural para que disminuya la plaga.

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En cuanto al proceso de liberación, Ovruski indicó que, por ahora, se hace manualmente en unos recipientes a los que llaman Arturitos (nombres que recibieron originalmente en México, por su parecido con el personaje de la película Star Wars R2D2). Se trata de tachos de 10 litros de plástico, a los que se les coloca un volumen de pupas parasitadas y se les agrega unos recipientes con agua y otros con miel, que son el alimento de los adultos cuando emergen. Primero nacen los machos, a los dos días nacen las hembras. Ahí empiezan a alimentarse y a copular, lo que lleva unos 5 días, y después se hace la liberación en campo.

Para liberar las avispitas se realiza un diagnóstico de cada finca, según sus frutales, la cantidad de mosca que hay y los focos larvarios. Aproximadamente, un tacho tiene unos 5.000 parasitoides que alcanzan para unas 5 hectáreas.

En San Juan, la primera liberación de estos parasitoides se hizo entre 2008 /2009, a través de un convenio con el Conicet. En el país, la primera BioPlanta que realizó su generación y liberación fue la sanjuanina, en 2010. Al respecto, el experto cuenta, “hicimos pruebas sistemáticas en finca en 2014 – 2015, evaluamos y logramos un 75 por ciento de control de la mosca con la avispa. Luego, entre 2020 y 2023 hicimos pruebas en una finca multifrutal y logramos valores muy parecidos de control. Ahora estamos evaluando los datos del resultado de la liberación de mosca estéril junto con parasitoides en uva y hemos notado que hay un gran sinergismo. La liberación de los dos enemigos naturales de la mosca llega a controlarla casi en un 90 por ciento”.

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Y la apuesta sigue. Hasta ahora, el equipo ha estado liberando los parasitoides en 200ha por semana de Pocito, Zonda, Ullum, Albardón, Angaco y San Martín. La idea es llegar a criar un millón de avispitas este año para ampliar la zona.

El proceso para generar moscas estériles y coloradas

En la planta principal se produce la mosca estéril. Esta es la misma mosca que hay en la naturaleza, pero los machos son expuestos a radiación con gamma cobalto 60, lo que permite esterilizarlos, se llama técnica del insecto estéril. “La hembra natural copula con estas moscas en campo y va a colocar huevos, pero estos huevos son infértiles, por lo tanto, no se desarrolla la larva, el proceso queda interrumpido. De ese modo, se produce también una merma de la población”, detalla Ovruski.

Combinando los dos métodos, el control biológico con la avispita y la técnica del insecto estéril se logra un control natural de la plaga sin la utilización de insecticidas.

Las moscas que se desarrollan en la BioPlanta tienen dos modificaciones genéticas que permiten diferenciar los machos de las hembras. Según el especialista, “por un lado, tenemos el color en las pupas, las hembras son blancas y los machos, marrones; y por otro la temperatura, que permite que las larvas de los machos salten primero y las de las hembras, después”.

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En San Juan, las moscas se liberan con aviones o de modo manual, para este último proceso se utiliza camionetas en las que se traslada las bolsas llenas del insecto esterilizado y se van depositando en las fincas. Al respecto, el experto indica que, “ahora también se está viendo la posibilidad de hacer la liberación con drones, sobre todo en las zonas de mayor dificultad de acceso, pero eso es algo que está en análisis”.

Paso a paso, cómo se esterilizan las moscas en San Juan

Embed – Paso a paso, cómo se cría y esteriliza moscas en San Juan para cuidar los frutos

Dentro de la nave principal de la BioPlanta, el técnico Guillermo Ubaldo detalla que el proceso de generación y esterilización de las moscas, que tienen la característica de ser pintadas de color rojo antes de ser dejadas en libertad, lleva unos 20 días. A lo largo de ellos, en distintas cámaras se produce todo el ciclo de desarrollo del insecto para luego someter a los machos a la esterilización.

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El primero de los sectores es el de los adultos, que sería el inicio de la colonia. Allí, las moscas vuelan en jaulas de chapa galvanizada, con pupas en proporciones de 3 porciones de hembras por una de macho. Las dos caras de la jaula tienen telas que simulan la cáscara de la fruta. Lo que hace la hembra es depositar los huevos en esa tela. Algunos quedan pegados allí y el resto cae a bandejas con agua. Estos huevos se colectan todos los días en probetas con agua y se someten después un proceso de burbujeo, durante 24 o 48 horas. De ese modo tiene movimiento constante y se evita que se aplasten o se dañen entre sí.

Ahora se produce 5 millones de huevo por semana. Y en temporada alta, 10 o 15 millones por semana. En una época, de hecho, se llegó a producir 40 millones en ese lapso.

Después pasan a otra sala en la que se les coloca una dieta, es decir el alimento de las moscas, formado por viruta, salvado, azúcar, dos tipos de conservantes, ácido clorídrico y harina de soja. Luego, les retiran la dieta y las colocan en bandejas, en grupos de colonias, como si estuvieran adentro de la fruta.

En la siguiente cámara empieza a desarrollarse el huevo, del que eclosiona una larva, que es el primer estadio en que empieza a comer. Allí se les controla la temperatura superior, media y baja de la bandeja, se rotan y se riegan durante 4 días.

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Después se pasa al segundo estadio larval, donde se produce un pequeño desarrollo de la mosca. Allí pasan un promedio de dos días. En la siguiente sala se logra el tercer estadio larval, el de salto, que en la naturaleza sería cuando la larva sale de la fruta, para luego transformarse en la pupa. Tanto el primero como el segundo día saltan machos, por lo general en los terceros saltos hay un mix y a partir del cuarto son puramente hembras. La siguiente cámara es la del estadio de pupa y a partir de ahí, se pasa a la sala de radiación.

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Mario Martínez, oficial de Seguridad Radiológica, detalla que la máquina utilizada para la esterilización fue fabricada en 1970, es única en el mundo y fue creada por argentinos. Es un irradiador escuela, que San Juan recibió en comodato. En el proceso, la mosca no sufre ningún otro daño, lo que permite, una vez que se libera, pueda competir con la mosca en condiciones naturales.

La mosca se recibe en 6 frascos que se colocan en una caja que ingresa a la máquina donde son sometidas al cobalto 60. Después, el insecto se tiñe y se realiza el embolsado, para luego llevar a cabo la liberación.

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